🍃 Capítulo 26 🍃

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● Más que una promesa.

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Maratón 1/3

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OWEN

—Verás que no te vas a arrepentir. —la morena soltó mientras tiraba de su mano.

Lo había convencido sin siquiera decir una sola palabra, le bastó un pequeño berrinche. Al parecer el arma de Saskia eran estos y tarde se dio cuenta de que eran su perdición.

Caminaba tras la chica hacia la biblioteca, le parecía extraño que quisiera ir hacia allá en horarios de clases, pero no dijo nada y solo se dejó guiar. Entraron en silencio y pasaron directo al lugar donde Owen solía pasar el rato.

Saskia lo enfrentó al detenerse y le sonrió.

—¿Okey? Querías venir a la biblioteca.

—Sentate. —dijo y se puso de puntitas para darle un beso en los labios, seguido de esto, la chica pasó por su lado.

Owen obedeció a la morena —después de suspirar por ese beso— llegó al lugar al que solía sentarse mientras la esperaba. Buscó en su mochila lo que había adquirido para ella y observó el regalo por unos cuantos segundos. Janeth lo había convencido de comprarlo cuando se enteró que era fan de los superhéroes, no estaba seguro de si le iba a gustar, esperaba que sí.

Escondió el pequeño anillo en forma de un reactor arc cuando escuchó los pasos de la chica. Ésta sonrió y parecía aliviada.

—Lo siento, es que pensé que se lo habían llevado y ya estaba idealizando como recuperarla.

—¿Qué? ¿de qué estás hablando? —Owen frunció su ceño y la chica enseguida se dejó caer a su lado, como siempre.

—Pues..., toma —le dio el libro que tenía en la mano mientras sonreía de oreja a oreja. Owen enarcó una de sus cejas y alternó sus ojos entre ella y el libro, lo que la hizo poner sus ojos en blanco—, tomá el libro y abrilo.

Así lo hizo, Owen tomó el libro de pasta dura, un libro con varios versos, libro que ya había leído y le había encantado. Notó que había algo en una de sus hojas, se fue a ésta directamente y sonrió enseguida al ver un par de púas sujetas con un par de post- it rosados y que estos marcaban un texto en específico.

El pelinegro miró a la chica y sonrío mientras sentía que todo su rostro ardía, volvió su mirada al libro y leyó en voz alta:

«—Llegaste de pronto a mi vida y pusiste mi mundo patas arriba. Todo lo que había estaba ordenado, pero llegaste a revolverlo todo, ya las cosas antes de ti me parecían aburridas, vacías, sin sentido. ¡Dios! Me enamoré. Es que, si tan solo supieras lo mucho que me gustas, y no como se gusta la gente ahora, no, me gusta de verdad. Me gustas en todo momento, para todos los ratos, me gustas las 24 horas del día, me gustas los 7 días de la semana. Así es como me gustas.»

Por unos segundos no se atrevió a verla, el corazón le iba frenético mientras sentía que se ponía más rojo que nunca. La chica se acercó a él y al final se atrevió a encararla.

—Saskia, yo...

—Es justo así como me siento con vos, Owen, me gustás muchísimo.

—Mierda.

Sin poder resistirse más, atrajo a la morena de la solapa del saco del uniforme para sellar el momento con un beso. Uno que les dejaba saber todo lo que sentían el uno por el otro. Se separaron un momento y Owen acarició el labio inferior de la chica con su pulgar.

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