🍃 Capítulo 47 🍃

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● ¿Y si todo sale mal...?

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Mini-maratón 2/3

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● OWEN

—A ver, a ver... ¿Qué será esto? —Luca abría su segundo regalo mientras veía con una enorme sonrisa a su hija mayor. Rompió la envoltura, desesperado por llegar a lo que había dentro.

Sacó un abrigo gris con detalles que le causaron risa, sabía que era un bordado como el que usó uno de sus personajes favoritos de Marvel, el rey de Wakanda, cuando la miró, su hija sonreía de oreja a oreja esperando una respuesta positiva de parte de su padre, había trabajado en esa prenda desde meses y se había esforzado mucho.

—¿Un abrigo? —Destiny miraba con desconcierto y como si fuera algo ridículo. Owen le sonrió a la morena quien atravesó con los ojos a su hermana.

—Pues sí, y no cualquier abrigo, fíjate.

—¡Esta increíble, cariño, me ha encantado mucho! —Luca se puso de pie y enseguida se lo probó, el abrigo le quedó a la medida.

—¿De verdad te gustó? —preguntó Saskia.

—¡Por supuesto, princesa! Está muy bonito ¿tú qué opinas, amor?

—Que es muy hermoso, hiciste un buen trabajo, cariño. —Margaret se puso de pie y observó la pieza—. ¿Qué opinas, Owen?

Owen que solo podía ver a Saskia, pegó un respingo cuando escuchó a Luca carraspear algo cerca de él.

—¿Eh?

—Que qué opinas del abrigo que me dio mi hija.

—Ah, eso... —se puso nervioso, asintió un par de veces hasta que decidió hablar—, es... muy bonito, de verdad que lo es.

Miró a Saskia quien sonreía de oreja a oreja. A él le encantaba ver a la morena feliz, ella sonreía mientras pasaba el tiempo al lado de su familia, celebrando un año más de vida del hombre que más amaba, de pronto alguien tocó el timbre, los presentes se miraron entre ellos y fue Luca quien se dirigió a la puerta para abrir.

—¿Querés más? —preguntó Margaret a Owen, éste miró su plato y con pena negó.

—Descuide, estoy...

—Sí, mamá, quiere más, solo que le da pena.

Margaret sonrió y negó al mismo tiempo que tomó el plato de Owen y empezó a servirle más de lo que habían preparado para Luca. Owen miraba a Saskia quien sonreía de oreja a oreja.

—Con que esas tenemos ¿eh?

—Debés alimentarte, rulitos. —la sonrisa de Owen desapareció enseguida—. Oye, no te enojes que yo no puse en esa carta...

—Ya, okey, no sé en qué momento se me ocurrió eso, fue un momento de lapsus.

—No fue un momento de lapsus. Admití que te gusta que te diga rulitos.

El pelinegro recibió el plato con más comida y le agradeció a su suegra para después ver a la morena quien se burlaba de él abiertamente.

—Lo detesto, Saski...

—¡Oye! Eso no es justo. Yo uso...

—¡Buenas, buenas, familia...!

Esta demás decir que Owen casi quedó sordo gracias al berrido de su novia y cuñada cuando vieron al pelinegro que entró a la sala. No supo en que momento Saskia había salido de su lugar para correr hacia ese sujeto, Owen solo veía con ceño fruncido mientras se llevaba una cucharada de lasaña a la boca.

Todo Lo Que Fuimos Sin Querer © ✓ ACTUALIZANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora