Cinco Hargreeves.
En unos días hará un mes desde que la bebé llegó y TN regresó a mi vida, o bueno, desde que llegó a vivir aquí, ella no ha vuelto a hablarme desde aquella tarde en que regresé del pediatra. Solía salir cada tarde y volver antes de la cena, intenté preguntarle dónde iba cada día y lo único que recibí fue una mala mirada, un bufido y un empujón para que ella pudiera pasar. Hoy fue diferente, mamá dijo que la vio salir desde las seis de la mañana, son casi la una de la tarde y no ha vuelto.
Yo, por otro lado, me mantengo ocupado revisando los papeles de un nuevo proveedor en una de las empresas, todos han salido y me dejaron solo con la bebé. Tengo el monitor de bebé cerca.
Estoy por terminar de leer los archivos cuando el llanto de la bebé llena mi despacho, suspiró sin ganas de ir pero el que no quiera a la bebé no hace que sea inhumano, podía realmente necesitar algo. Me teletransporte a la habitación de la bebé, estaba acostada en su cuna mientras lloraba con ganas.
—¿Pañal sucio? ¿Hambre? —pregunté sobre sus llantos—. Mira, no lo sé, haré ambas.
Cargue a la bebé y la puse sobre el mueble que Lila compró para cambiar su pañal, tomé uno limpio y todo lo necesario. Si necesitaba un cambio de pañal urgente, lo hice pero la bebé siguió llorando aun cuando hasta cambie su ropa.
—Quizá tenías hambre.
Lila me dejó algunos biberones preparados, tomé uno y comencé a dárselo hasta que lo terminó, la hice eructar y trate de arrullarla un poco, pero continuó llorando. Volví a acostarla en su cuna pensando en qué más podía necesitar una bebe de casi cinco meses para dejar de llorar.
—Bien, no sé qué más necesitas. Te cambie, te alimente y estás lista para volver a dormir —enumera con mis dedos—. Cualquier bebe sería feliz con eso.
La bebe lloró un poco más fuerte aturdiendome un momento. Busqué en la habitación y encontré aquel oso de peluche que algún día fue mío y que ahora ella se había apropiado, se lo di pero lo dejo de lado llorando un poco más.
—En serio, ¿qué necesitas? —suspiré—. Oye enserio, tienes que dejar de llorar, las chicas no están y no se nada de esto.
Volví a mirar la habitación buscando cualquier cosa para hacer qué deje de llorar, de repente solo hubo silencio y miré a la bebé, me miraba con la boca levemente abierta por haber dejado de llorar. Sus ojos verdes qué antes derramaban lágrimas, ahora me miraban con suma atención e hizo lo que menos esperaba... me sonrió.
La bebé sonrió alegre dejando ver esa ausencia total de dientes. Fruncí el ceño viéndola al sentir como una sensación rara me recorrió todo el cuerpo.
—Creo es la primera vez que te veo por aquí —voltee a la puerta, TN me miraba desde ahí—, eso sí es una sorpresa —aclaré mi garganta antes de hablar.
—No hay nadie aquí, lloraba y vine, no soy tan inhumano como todos ustedes piensan.
—Bueno, ¿qué más podemos pensar si rechazas a tú propia hija? —se acercó a la cuna.
—Porque no lo es.
—Tu papi es muy estúpido, linda —TN cargo a la bebé—. Supongo que no sabes como hacerla dormir, vete a divertir con esa montaña de papeles que siempre hay en tu escritorio o a distraerte bebiendo hasta la inconsciencia como haces usualmente.
—Si me dejaras contarte la historia de la bebé, me entenderías.
—Dudo mucho entender como un padre que alguna vez quiso serlo, puede rechazar a una bebé que es suya —suspiró—. Cinco, solo mira a tú alrededor, ¿qué ves?
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Mi nuevo mundo || CH [✓]
FanfictionCinco Hargreeves, un hombre viejo y retirado pero con una historia amplia que contar. No, no es de como salvo al mundo dos veces o como quedó varado en un apocalipsis durante cuarenta y cinco años, es de lo que pasó después y como nos conocimos, lo...