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11. Mi hogar.
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Cinco Hargreeves.
Entre a la academia para ir al pequeño bar, deje unos papeles en la barra y vi a mamá sacudiendo la chimenea.
—Hola cariño, la comida está casi lista —sonrió.
—Gracias —mire cerca de ella a Alonso.
—¡Io ico! —balbuceo.
—Hey —le sonreí dejando el vaso qué no alcance a llenar y me acerque a él—. ¿Cómo estás? —mamá se fue.
Lo levanté en brazos y sonrió mostrándome el vaso entrenador con jugo qué tenía en sus manos. Alonso había cumplido el año cuatro meses, sus balbuceos ya eran más entendibles —seguía sin decirle papá a Diego y quizá ni su nombre se lo sabía— y comenzaba a caminar sin ayuda aunque a veces terminaban cayendo al suelo.
Lo dejé de nuevo en el suelo y me enseñó los bloques con los que jugaba, estiró su manita en mi dirección con uno.
—¿Para mí? —se estiró un poco más—. No puedo jugar ahora —insistió estirando su brazo—. Solo un rato.
Me quite el saco, afloje la corbata y me senté con él. Lila había ido con Diego y Luther al gimnasio para ayudarles con las finanzas, sabía que Viktor estaría con la orquesta de la ciudad y Klaus perdido por alguna callé.
Alonso comenzó a armar una torre con los cubos e hizo un puchero cuando la pequeña torre cayó por ponerlos chuecos, reí y tomé los cubos.
—Vamos, te ayudo.
—Cariño —mamá regresó con la bebé en brazos—, dejaré a Maya con ustedes, esta pequeña ya despertó y no debería estar conmigo en la cocina —sonrió bajandola a mi lado.
—Si, claro —force la sonrisa—. ¿Y TN?
—Salió hace un rato —asentí.
Mamá volvió a irse y me quede con ambos niños, Alonso miraba a la bebé con curiosidad, a pesar de todo, no pasaban mucho tiempo juntos. La bebé aún no podía sentarse por sí sola pero si qué sonreía, comenzaba a irse de lado en dirección al suelo y la detuve.
—Vamos, no caigas —suspiré.
Quiso alcanzar un cubo rojo pero estaba muy lejos para ella, la levanté un poco y la senté entre mis piernas para que estuviera más cerca, Alonso le dio el cubo y ella sonrió. Por la diferencia de edades, Alonso estaba más interesado en intentar armar torres y la bebé en observar cada detalle del cubo.
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Arme una torre de casi diez cubos, los niños estaban emocionados, en especial Alonso. Ponía un onceavo cubo cuando por un mal movimiento mío, la torre cayó, ambos infantes comenzaron a reír. Alonso tapó su boca con sus manos para reír mientras la bebé lo hacía libremente haciendo que pudiera ver unos pequeños puntos blancos en su encía baja.
—Oye, ¿qué es eso?
La cargue y la acerque a mi, ella aun sonreía dejándome ver que en su encía comenzaban a asomarse esos pequeños dientes de leche.
—¡Ya vienen tus dientes! —ella rió como si entendiera y me hizo sonreír—. Maya, ya crecen tus dientes.
Sus ojos verdes y los míos se observaban mutuamente, ella sonreía con toda esa inocencia qué un bebé puede tener. Sin importar que tan indiferente he sido con ella, la bebé siempre me está sonriendo, aunque a veces pareciera querer sacarme de quicio con sus llantos sin aparente razón, ella solo me sonríe.
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Mi nuevo mundo || CH [✓]
FanfictionCinco Hargreeves, un hombre viejo y retirado pero con una historia amplia que contar. No, no es de como salvo al mundo dos veces o como quedó varado en un apocalipsis durante cuarenta y cinco años, es de lo que pasó después y como nos conocimos, lo...