Mi nuevo mundo || CH [✓]

20. Elegir

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20. Elegir

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TN Boscawen.

No había podido evitar entrar a la habitación en remodelación de Maya, había por lógica, muchas cosas de bebé y recordé inevitablemente cuando yo estaba preparando la habitación de Mateo. Cerré mis ojos, no quería llorar, no podía seguir haciéndolo, pronto tendría a mi bebé de nuevo...

—¿Estás bien?

La voz de Cinco me asustó por lo inesperado qué llegó a mis oídos. Me gire y lo vi en la puerta de la habitación

—Claro —le sonreí.

Cinco comenzó a caminar por la habitación mientras observaba todo. Lo conocía, se veía tenso, sabía que quería decir algo.

—¿Qué haces aquí? —pregunto sin mirarme.

—Me dio curiosidad lo que Lila hace con la habitación.

—No —me miró—. No hablo de eso. TN, ¿qué haces aquí en la academia?

—Si ya lo sabes —sonreí escondiendo el nerviosismo qué sentí en el estómago—, tengo una misión. Yo...

—Yo sé cómo funcionan esas misiones. Sé bien que algunas llevan más tiempo que otras, pero TN, llevas aquí dos meses y esta no es la forma de trabajar, sé cómo trabaja Herb —se acercó a mí—. Así que no me hagas pensar cosas que no y dime, ¿qué haces aquí? ¿Por qué viniste en primer lugar?

Él comenzaba a dudar, ya no creía mi historia y dudaba qué volviera a hacerlo. Era mi oportunidad, podía decirle lo que pasaba con la encargada y el plan que existe, quizá me ayudaría con lo de Mateo. Era su oportunidad para remediar su partida o... se molestaría tanto que me odiaría. Baje la mirada sin llegar a decir nada.

—¿TN?

Sentí como se alejó dos pasos. Comenzaba a atar cabos, a entender lo que hacía aquí y estoy segura de que sea lo que esté pensando, estaría en lo cierto.

—Vete —dejó de mirarme y se tenso—. Mi guerra no es contigo, así que vete porque si algo sabes de mí es que no dejaré que lastimen a mi familia.

Si no hacía algo, el plan se vendría abajo. Adiós Maya. Adiós Mateo... Adiós Cinco...

—Regresa a la comisión y diles que si tienen algún asunto qué resolver conmigo, que...

—¡Vine por ti! —grité lo primero que pensé sin dejar de ver el suelo—. Vine buscándote, porque carajo —lo miré—, te he extrañado y necesitado tanto todo este tiempo. Te amo tanto que no podía más con la idea de que me odiabas por ser la culpable de que nuestro hijo muriera, de que Mateo se fuera. Necesitaba que tú me... que... —solloce.

Cubrí mi rostro con las manos y lloré. Me sentía culpable por ocupar a mi hijo de esta forma, pero sabía que mencionar a Mateo, haría qué Cinco olvidara cualquier idea que se le estuviera formando.

Me tomó de las manos y lo miré. Cinco me vio con tanto amor, delicadeza y arrepentimiento que logró que mi corazón diera un vuelco. Se acercó con rapidez besándome y sin dudarlo le seguí el ritmo. Era un beso distinto, había tantos sentimientos y todos se sentían tan puros, por primera vez desde hace mu tiempo, ya no sentía ese dolor que Cinco había dejado hace unos años

Nos separamos por falta de aire, pero apenas lo hicimos unos milímetros, nuestras respiraciones eran agitadas y sus manos mi cintura así como las mías sus hombros. Su mirada no se despegaba de la mía.