04. El nuevo papá

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04. El nuevo papá

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Cinco Hargreeves.

Leía el periódico, estaba en uno de los sillones de la estancia, Clarie dibujaba en la mesita frente a mí, Diego le daba de comer a Alonso, Viktor y Luther armaban un rompecabezas. Lila y Allison entraron cargadas de bolsas, por la mañana, Lila había entrado al despacho pidiendo dinero para la bebé, veo que lo aprovecho.

—Miren esto —Lila sacó un vestido color verde.

—No creo que te entre —murmuré volviendo a ver el periódico.

—Es para tu hija, tarado. ¿No te gusta?

—Claro, me encanta —murmuré cambiando la página.

—Ahora tiene una cuna nueva y una carreola.

—¿Y dónde está Maya? —preguntó Diego.

—Klaus juega con ella.

En ese momento entró Klaus corriendo mientras empujaba la carreola negra donde llevaba a la bebé, se detuvo junto a las chicas, Clarie corrió a ver a la bebé.

—Hice una cita con un pediatra, Grace podría atender a Maya, pero supongo que por la adopción es mejor un médico —asentí sin mirarla—. Es mejor que vengas a la consulta.

—¿Cuándo?

—La próxima semana, no te preocupes, me se tu agenda y no tienes nada pendiente.

—Bien —suspiré.

—Qué apático eres, nuevo papá —mire mal a Luther.

Clarie dijo que iría por alguna galleta y se fue corriendo. Klaus grito cuando una chica de mi misma edad física apareció junto a la barra del minibar, me puse de pie sorprendido al verla.

—Estupido maletín —dejó el maletín y una canasta en la barra, nos miró—. Hola Hargreeves, ¿me extrañaste? —hizo un puchero al verme.

—¿TN? —Lila y ella se miraron con desprecio..

—Lila, hola —fingió una sonrisa.

Camino un poco mirando el lugar, sus movimientos eran igual que siempre, ágiles, elegantes y llenos de gracia. Era joven y por cómo se movía, parecía una pequeña copia de la Encargada.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Lila a la defensiva.

—Herb me envió —se acercó a la barra y tomó la canasta, se acercó a mi—. Pará el nuevo papá —me dio la canasta y miró la carreola—. Esa debe ser tu... hija —señaló.

Se acercó a la carreola y miró a la bebé, analizándola, hizo una mueca de asco o quizá desprecio, pude ver que la bebé le sonrió.

—Que linda —me miro—, muy linda.

—Vete, TN.

—Tranquila Lila, ya casi me voy —le sonrió con burla.

Volvió a caminar mirando la estancia, tomó un dulce de la canasta que trajo, lo mordió e hizo una mueca de asco dejando el dulce de nuevo en la canasta.

—Este lugar es muy... —tomó una estatuilla—... pintoresco —dijo con evidente desagrado.

—Creí... creí que ya no trabajabas en la comisión —me oí decir.

Mi nuevo mundo || CH [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora