21. La venganza es amarga

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21. La venganza es amarga

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Cinco Hargreeves.

Tres días han pasado desde que TN desapareció con Maya, tres días en que no tenemos poderes y no hay explicación. Tres días y siento que ya estoy perdiendo la cabeza.

TN Boscawen.

Reí con ternura cuando Maya sonrió al verse en el espejo, con su poco cabello había hecho una pequeña coleta qué apenas unía unos pocos cabellos haciéndole ver divertida y tierna. Me miró con esos grandes ojos verdes y volvió a sonreír.

—Qué bonita —le sonreí.

La cargue y baje con ella a la cocina para darle el desayuno, Maya empezaba a comer papillas y su favorita por ahora era la de manzana. La dejé en su silla y comencé a preparar su alimento. Por la ventana de la cocina veía a los niños de los vecinos jugar, era una bonita mañana de verano del setenta y cuatro.

Para los vecinos, había llegado recién tras la muerte de mi hermana y cuñado, los supuestos padres de Maya. Resulta que las vecinas eran muy chismosas y necesitaban una historia, claro que seguía el rumor de que yo era madre soltera. Un escándalo para ellas, a mi me causaba gracia.

—A comer —me senté junto a Maya—. Terminas todo y te daré el biberón —prometí.

Le di una cucharada y aproveche de comer mi propio desayuno. Hace apenas tres días que estaba sola con ella, la encargada dijo que volvería pronto y lo esperaba, quería a mí Mateo aquí.

—Egoístamente, espero que nunca me odies —suspiré—. Te prometo que no dejaré que nada te pase nunca —sonrió como si me entendiera—. Cinco si debe odiarme.

Maya comenzó a moverse y a mirar a todos lados buscando desesperada.

—¿Qué buscas? —Frunció el ceño—. ¿A Cinco? —Ella volvió a inquietarse esperando verlo—. Oh Maya —suspiré.

Pude tranquilizarla y continúe dándole su desayuno hasta que lo terminó. Comencé a lavar los trastes qué usamos ambas pensando una y otra vez lo mismo. Cuando gire a ver a Maya, comenzaba a quedarse dormida, la cargue para llevarla a su habitación a que duerma una siesta.

La mire un momento cuando la deje en su cama y salí decidida a la mía. Del armario tomé el maletín y lo programé desapareciendo en un chasquido y reapareciendo en la Academia, en el lobby. Me escondí cuando vi a Lila acercarse para entrar a la estancia donde también vi a Cinco, él caminaba de un lado a otro con una libreta en sus manos.

—Harás una zanja en el suelo si no te detienes.

—¿Crees que me importa? Puedo pagar para que lo arreglen. ¡Carajo! Si quiero puedo pagar porque arreglen miles —la miró desesperado.

Pude ver que él estaba cansado, bajo sus ojos había unas manchas negras, seguro que no ha dormido nada.

—Tengo todo el dinero que pueda imaginar y es un papel inútil, no me sirve para encontrar a Maya.

—Ni siquiera has comido desde que se fueron.

—Necesito encontrar la forma de llegar a ella.

—¿Y como? No tenemos poderes —Cinco volvió a mirar su libreta, Lila siguió hablando—. No tenemos maletín y ellas podrían estar en cualquier lugar, de nada sirve que...

Mi nuevo mundo || CH [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora