12. Una señora Hargreeves

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.εїз...。.・・゜εїз゜・・.。...εїз.

12. Una señora Hargreeves.

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Cinco Hargreeves.

Anoche después de lo sucedido con TN, nos quedamos en mi habitación junto a la bebé, quien de nuevo no duermio hasta que TN y yo estuvimos junto a ella. Hace unos minutos desperté y ninguna de las dos estaba en la habitación. Baje a la cocina al percibir un aroma muy conocido, TN preparaba el desayuno y el recuerdo de mi vida junto a ella me hizo sonreír. Me acerqué abrazándola por detrás.

—Eso huele bien —le susurré.

—Buenos días, señor Hargreeves —giró levemente su rostro para verme.

—¿Y la bebé?

—Grace está dándole un baño y yo me ofrecí para hacer el desayuno.

—Entonces será un increíble desayuno —escondí mi cabeza en mi cuello y ella rió.

—Extrañe esto.

—Yo también.

Me separe de ella y fui donde estaban las tazas para tomar una, entre lo que preparaba TN, vi el café listo para servir. Llene mi taza y me recargue en la encimera al tiempo que mis hermanos entraban a la cocina.

—¿O tú qué opinas, Viktor? —Diego lo miró mientras se sentaba—. Yo digo que abrir un segundo gimnasio sería bueno.

—Supongo, tienen mucha gente que va con ustedes.

—¿Y tú qué dices, Cinco? —Luther me miró, di un trago a mi café y suspiré.

—Si tienen el dinero para invertir, no veo por qué no. Extrañamente, les va bien.

—No se hable más, abriremos otro gimnasio —Diego dio un golpe a la mesa con emoción.

—Te ayudo.

Viktor tomó los platos qué TN sirvió para todos. Diego tomó más tazas y Luther se movió con torpeza cuando intentó acomodar las sillas.

—Huele bien —Luther le sonrió a TN—. Gracias.

—Buen provecho, Hargreeves —nos sonrió.

Di un primer bocado y evité sonreír, tantas mañanas TN preparo el desayuno solo porque sabía que yo sería capaz de irme sin probar bocado. Me arrepentía de haberla dejado, no haría lo mismo está vez.

—Huele bien, ¿quién cocino?

Lila entró junto a Klaus quien cargaba a la bebé y Alonso, él venía en brazos de su madre. Diego se giró a verla aún con un poco de comida en la boca.

—TN, está delicioso. Ven, prueba.

—Paso —hizo una mueca—, no quiero pensar lo que puede tener, veneno quizá.

—Lila —la miré con cansancio—. No comiences.

Laila gruñó y fue a preparar la comida de Alonso, además de algo para ella. TN no parecía afectada por el rechazo a su comida, por el contrario, parecía divertida.

—Io Io —Alonso estiró sus brazos hacía mi.

—Ven.

Lila lo dejó en el suelo y con torpeza, Alonso dio unos pasos hacía mi y rió al chocar con mi pierna.

Mi nuevo mundo || CH [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora