22. Cambio de planes

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22. Cambio de planes

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TN Boscawen.

Estaba decidida, iba a hacerlo. Necesitaba hacerlo.

Tome a Maya en una mano y en la otra el maletín qué ajuste previamente. Aparecimos en el patio de la Academia, desde la puerta que daba a la cocina, escuchaba que todos los Hargreeves estaban reunidos ahí. Coloque a Maya en la puerta, sería una sorpresa aún más grande, en estos cinco días, Maya ya podía quedarse sentada sin ayuda.

La puerta se abrió dejando ver a Grace qué venía con su equipo de jardinería, me sonrió, dejó sus cosas y levantó a Maya.

—Señorita TN, ¿cómo está?

—Bien, Grace. Por favor, ¿puedes llevar a Maya con Cinco?

—Claro, estará muy feliz de verla, la extrañaba mucho —sonrió y dio la vuelta.

Grace regresó con los demás, me acerqué un poco a la puerta para escuchar sin ser vista. Alcance a ver a Cinco, estaba absorto de la conversación de sus hermanos hasta que Grace lo llamó.

—Cinco, querido —él levantó su mirada y dejó caer la cuchara con la que jugaba con su comida.

—Maya.

Se levantó casi corriendo y fue por ella, la cargo y Maya comenzó a reír feliz de verlo. Sonreí ante la escena qué padre e hija se estaban montando.

—¿Cómo...? ¿Cómo llegó aquí?

—Oh, la señorita TN vino a dejarla.

Grace sonrió y señaló en mi dirección. Cinco giro a donde me escondía, me di vuelta y me alejé con rapidez.

—¿TN? —Lo ignoré preparando el maletín con rapidez mientras caminaba—. ¡TN! —Agradecía qué el patio fuera grande y me diera oportunidad de alejarme—. ¡Aporía!

Me congelé al escucharlo, sabía que sería la última vez que lo escucharía llamarme así. Me giré a verlo, también se había detenido y detrás de él, estaban los demás con Maya. Vi a Cinco tragar con fuerza mientras sus ojos eran un abismo inmenso de emociones conjuntas, quise decir algo pero nada salió, en cambio sentí algo salado en mi boca, estaba llorando y no me había dado cuenta. Me limpie la lágrima qué caía por mi mejilla y le sonreí antes de desaparecer.

Aparecí en la casa y me tapé la boca para amortiguar el ruido del sollozo que quise soltar. Al devolver a Maya, renuncie a ella, a Cinco y a Mateo. A todo.

Escuché la puerta siendo abierta así que corrí escaleras arriba, escondí rápido el maletín y me limpié el rostro. Me prepare para lo siguiente qué haría.

—¿TN?

—Ya bajo.

Suspire y me decidí a bajar fingiendo total normalidad, la Encargada entró a la cocina y la seguí quedándome en la puerta.

—¿Y la mocosa?

—Dormida.

—Un rato de paz —sonrió—. Querida, me temo que tendremos que atrasar lo de tu pequeñito.

—¿Por qué?

—Hubo... problemas técnicos.

Lo sabía, no iba a cumplir su parte.

Mi nuevo mundo || CH [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora