capítulo 11 Yo te puedo sanar

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–aaahhhh debiste de haber dejado que tomara mi cianuro– dijo merlina al momento que despertaba y encontraba a Enid recostada sobre su camilla de la sala de enfermería

–wends lo siento tanto – Enid comenzó a llorar aferrándose a la azabache

–aaahhh– se quejo la azabache tratando de no dejarse llevar por sus impulsos y acariciar la linda cabellera de Enid

–lo siento, lo siento tanto –dijo entre llanto

–Enid, me duele –

–oh, soy una inútil –

–no del todo, al menos clavaste bien la espada mucho mejor que  la que  crackstone me enterró en  el intestino aaahhhh ayúdame a incorporarme – merlina tomo la mano de Enid para soportarse y sentarse sobre su cama –aparte de haberme atravesado con un florete, ¿pasa algo mas?– lo intuía por como reaccionaba la pobre

–Billard y Vlad creen que tuve algo que ver con usar un florete verdadero, creen que intente matarte.... Y me han acusado de usar un arma de verdad.... ¿Wends has usado un florete de verdad todo este tiempo?–

–¿Qué dices? no...no .... al menos no fuera de mi casa, mi florete es lamentablemente igual de flexible que los demás siento que alguien cambio mi arma para incriminarme, lo que no sabia el desgraciado que lo hizo era que te lo cambiaria en último momento –

–pero yo pude usarlo sin herir a nadie, ¿Por qué cambiarlo? –

–¿Quién tiene mi florete?–

–Vlad y el consejo de jueces lo están analizando, mientras tanto hemos quedado fuera de la competencia – dijo Enid mientras colocaba la mano encima de la venda de merlina – lo siento tanto wends–

–no lo sientas, esto ya es personal, iremos hasta las ultimas consecuencias, alguien tuvo que haber cambiado mi arma para las justas deportivas aaahhhh–

–¿te duele?–

–te dije que fuiste mucho mejor que el idiota de crackstone– merlina se despojo de la venda y de la gasa que envolvía su herida – se ve genial –

–te... tengo... tengo la ligera sospecha que puedo curarlo –

–no lo se Enid, preferiría que cicatrizara muy lentamente mientras quito la costra constantemente dejando que se me haga una linda y exuberante cicatriz –

–las cicatrices no son lindas–

–oh claro que lo son – dijo mientras Enid se sonrojaba y quitaba algo de su rubio cabello del rostro – te recuerdan siempre una buena historia, cada cicatriz tiene una historia que debe de ser contada y siempre tendrás un oyente dispuesto a escucharla –

–¿Qué dirás con la tuya? que la inútil de tu amiga te la hizo en una contienda de esgrima, preferiría que inventaras otra cosa... wends me sentiría mejor si te ayudo a sanar –

–¿Qué se supone que vas a hacer?–

–¿confías en mi?–

–ni siquiera tengo que contestarte – merlina dejo que Enid tomara posición casi encima de ella – Enid. ¿Qué haces?–

–por favor – merlina estaba dubitativa aun no entendía que quería hacer con su herida –solo cierra los ojos – confiando en su amiga hizo que le pedía – solo me tomara un segundo –

la tela fue desprendida una vez mas de su blanquecina piel que tenia algunas motas moradas cerca del orificio que había provocado con el arma – no te muevas – la voz de Enid se volvió áspera y tranquila

Las lunas de Nunca MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora