capitulo 34 La bestia oculta

794 138 17
                                    


– aw, aw, ahh – despertó con la cabeza punzándole, ahora estaba colocada sobre la plancha de una mesa de disección, la hija de Billard no iba a escatimar en ataduras para la addams más escurridiza de todas colocando en sus cuatro miembros esposados a la mesa de metal – alguien aquí es asiduo a las ataduras, algun dia tendre que enfrentarme a un monstruo con menos trastornos mentales que yo – no tardo más de dos minutos cuando la joven azabache ya estaba de pie o lo que podía al lado de la mesa

merlina se tambaleo muy adolorida por todos lados hasta la primer puerta que encontró, su vestido de gala estaba hecho pedazos así que decidió colocarse un overol quirúrgico que había sobre una mesa, a pesar del dolor también coloco un poco de alcohol que casi la hace gritar –espero que enid no vuelva hacerme pasar por esto nunca o pondré limites en el contrato de nuestro matrimonio – como pudo se colocó unas botas de hule para lluvia y salió de ahí, las recamaras llenas de polvo y humedad daban la apariencia de un hospital del terror, en cuanto percibió en el aire el olor de enid se acercó a la habitación esperando no ser detenida por alguna bestia en el camino, como era costumbre echó un vistazo antes de actuar

en la habitación dentro de una jaula se encontraba enid con un traje quirúrgico muy parecido al que llevaba ella – los Ragnak ya están aquí, Emanuelle quiere verla en persona, desea que hagamos aquí la conversión – dijo uno de los hombres que suponía era uno de los hermanos de camila y valeria, el hombre era alto y fuerte tenía una barba tupida que llegaba casi hasta el cuello

–preparen las agujas entonces, Dylan deberías de cargar unas para ti por si acaso no desean pagar lo que acordamos – dijo valeria mientras observaba como su hermano preparaba lo que le dijo –camila, es momento de despertar a francis aun no confio en ese tal Emanuelle – la platinada asintió y salio de ahi, merlina tuvo que esconderse en el pequeño marco de la puerta entre la oscuridad y el hedor de aquella bestia que era capaz de poner sus pelos de punta, se escuchaban sus gruñidos en eco por todo el pasillo, no era comparado con ningún gruñido de alguna bestia que haya conocido

otro de los hombres llamo la atención de verónica, a comparación del primero este era mucho menos musculoso y no tenía barba aun asi se parecía demasiado a billard –puede que no sea el momento pero esas chicas aventaron a Clyde al cañón del blue mountain, esperaba que dijeras que tendremos tiempo de buscar su cadáver antes de irnos–

–mi querido maurice, debes de dejar ser el sentimental de la jauría, por culpa de tus sentimentalismos también nos retrasamos cuidando del jodido David antes de deshacernos de él y entregar la fórmula justo a tiempo –

–pero era nuestro hermano, ¿solo fue un experimento para ti? – grito indignado

–bueno, no lo parecía, era el más débil y eventualmente tenía que morir –

–entonces no quiero ir con ustedes, me quedaré aquí – dijo el joven y valeria lo confronto

–escúchame bien pedazo de mierda – dijo valeria sosteniéndolo del cuello de su camiseta – no vas a retrasar una vez más, todos tomaremos los millones que necesitamos te largaras de este país al igual que todos nosotros y nunca volverás, no me importa si no me sigues simplemente te quiero fuera de aquí –

–y qué pretendes ¿que olvide todo? ¿que olvide a David? ¿ a clyde? ¿a mamá?– espetó el muchacho

–esa mujer no era mi madre, una madre jamás abandonaria a sus hijos, por mucho que eso duela aunque hayamos nacido como nacimos, ahora ve por esa tal merlina, voy a probar las inyecciones WD con ella –

–yo solo quiero que veas la verdad, el verdadero villano aquí fue papá – dijo el chico tomando su chaqueta yendo hacia afuera

valeria tomó un bote con agua y se lo arrojó a enid – despierta pequeña loba, ya llegaron por ti –enid despertó de golpe sintiendo el frio caer de cabeza a pies, se veía totalmente asustada sin entender porque estaba dentro de esa jaula, merlina vio pasar a Emanuelle seguido de su séquito más cercano de su jauría, sus cinco hijos varones también le escoltaban, en cuanto entraron valeria ya lo esperaba con una socarrona sonrisa –mi querido Emanuelle es un placer tenerte de vuelta en canadá – dijo acercándose para besar ambas mejillas

Las lunas de Nunca MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora