La noche pasaba y tanto Mingi como Hongjoong dormían plácidamente, ambos soñaban y sonrisas se dibujaban en sus rostros debido a lo cómodos que se sentían.
Fue así hasta que un ruido perturbó el sueño del menor despertandolo de inmediato.Él ni siquiera se percató de que había abrazado a Hongjoong como si fuera la almohada más cómoda y suave del mundo, al levantarse rápido de la cama no pudo darse cuenta y ahora parado frente a esta escuchaba atentamente los sonidos que provenían de abajo.
Hizo un amague en querer sacar el arma de su ropa, pero recordó haberla dejado en el auto sin que el mayor se diera cuenta._Mierda..._ Murmuró sabiendo que la necesitaba demasiado en ese momento.
Miró a Hongjoong por unos segundos, no iba a despertarlo, se veía que por fin había logrado conciliar el sueño y tal vez se ganaría un regaño por hacerlo. No hacía falta hacerlo, podía encargarse él mismo y volver a la cama para continuar durmiendo, odiaba que interrumpieran su sueño.
Abrió la puerta del cuarto, intentó ser lo menos ruidoso posible y para ello hacía todo de manera lenta, era muy cauteloso sabía serlo a la perfección, así que no estaba asustado para nada, es más, sentía ansiedad por saber quién se atrevía a llegar y molestar en plena madrugada. Sonrió de lado al pensar cómo podría asustarlo antes de dispararle como advertencia y dejarle en claro que en esa casa no debía volver
Intentó escuchar voces, pero al parecer solo había una persona ya que los ruidos no eran más que pisadas y golpes en la puerta de entrada.
Mingi logró bajar las escaleras, ya estaba seguro de que adentro no estaba, además los ruidos que provenían de la puerta se hacían cada vez más fuertes.
Pensó que la persona detrás de ella trataba de abrirla con herramientas tal vez.
Se quejó bajo, la casa parecía ser lo más segura del mundo, un lugar que incluso la nasa envidiaría, pero de nada servía tener tantas cámaras y alarmas, era demasiado fácil entrar y si le daba unos minutos más, quien estuviera detrás de esa puerta entraría sin problemas.Se le ocurrió ir hacia la cochera, buscaría su arma en el auto y así iría sin miedo a enfrentar aquella persona. No tardó mucho en lograr la primera parte de su plan, caminó por la casa con una sonrisa que seguía en sus labios, una sonrisa que cualquiera que pudiera verla en ese momento pensaría que Mingi era un psicópata despiadado, alguien que no debería caminar libremente por las calles y es que tal vez tendrían razón, tal vez estaba mal, más bien su trabajo estaba mal pero no iba a cambiar esa parte de él, no podía cambiarlo tan fácil.
Volvió a la puerta, supo que estaba a punto de conseguir su objetivo así que se mantuvo allí esperando a que el otro la abriera. Estaba impaciente, quería encontrarse ya con el rostro de quien causaba de tal hazaña y quién lo despertó de su preciado sueño.
Se escuchó una risa de victoria desde el otro lado y a los segundos el picaporte comenzó a girar lentamente.
El corazón de Mingi comenzó a latir fuertemente debido a la adrenalina, era intenso, solo que esta vez el joven conocía a la perfección esa sensación.Hizo un paso hacia adelante, la puerta fue abierta y ahora en frente suyo estaba un hombre con un rostro de sorpresa que lo miraba.
Parecía alguien mayor, su ropa estaba algo sucia y en sus manos habían heridas muy notorias.
El más joven solo sonrió y en el contrario se hizo presente el miedo._No llamé a ningún cerrajero, ¿Te equivocaste de casa?_ Preguntó Mingi, su tono de voz era calmado y parecía amigable. Algo que pensaría alguien que no lo conocía, cuando en realidad era todo lo contrario.
_Y-yo... Es-esta_ El hombre comenzó a tartamudear, su voz temblaba y ni siquiera sabía que excusa podía decir.
_Dime algo... ¿Te enviaron?_ Hizo otra pregunta pero solo obtuvo silencio como respuesta. _No vas a hablar, bien... ¿Lee Taeyong?, ¿Kim Hye-jin?... ¿Park Seonghwa?_ Mencionó esperando alguna reacción y nuevamente una sonrisa se dibujaba en sus labios luego de que el hombre se tensara por completo al escuchar el nombre de Park Seonghwa.
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Asesino Perfecto •Minjoong•
FanfictionSer sicario era un trabajo peligroso y cruel, apto para personas de sangre fría y sin corazón. Podría ser la descripción perfecta para Mingi, la diferencia es que él trataba de darle a sus víctimas una muerta menos dolorosa. Las cosas se complican...