Capítulo 25

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Luego de tener una pequeña crisis en la ducha, Hongjoong decidió que era hora de salir y enfrentar la situación. No estaba seguro de si podía ver a Mingi de la misma forma, si bien él aceptó, algo lo hacía sentir extraño y no podía controlar sus sentimientos.
Salió del baño, Mingi le había dicho que dejaría algo de ropa para él en su cama, así que salió en busca de esta y rió a ver lo grande que le quedaba todo. Suspiró sintiendo la suave ropa y el perfume que esta tenía, una vez más el perfume de Mingi lo hacía sentir seguro.

Escuchó ruido, platos y cubiertos eran movidos sin parar en la cocina. El joven le había dicho que intentaría cocinarle algo, se sentía bonito porque cada gesto que Mingi hacía no importaba si era pequeño o no, a Hongjoong lo hacía sentir querido, algo que jamás en su vida había sentido, ni siquiera por sus propios padres.
Luego de arreglar su ropa lo más que pudo se animó a salir del cuarto.

Mientras caminaba por el pasillo se cruzó una vez más con la puerta que estaba cerrada. Tenía curiosidad, no tenía cinco años pero en ese momento se sintió como uno al querer entrar allí. No entendía por qué le llamaba tanto la atención, era como si algo lo atrajera y le susurra suave al oído "entra". Pensó que nada importante podría haber allí dentro, pero el hecho de que fuera la única habitación en toda la casa con llave le hacía imaginar cosas. Así que parado en frente de la puerta pensó en cómo hacer que Mingi la abriera y así saber que había.

_¿Se te perdió algo?_ Mingi rió al verlo embobado observando una puerta.

_Oh estaba buscando..._

_Créeme que allí no encontrarás nada, ven antes de que se enfríe_

Hongjoong solo asintió siguiendo a Mingi, apenas llegó a la cocina lo abrumó un delicioso aroma y es que la comida no solo olía rico sino que todo lo que cocinó Mingi era delicioso. Se sentó en su silla, esperó al plato y apenas pudo hacerlo devoró todo lo que le habían cocinado.

Estaba concentrado en comer, realmente tenía hambre y ahora estaba siendo saciado. Debido a su concentración la cocina estaba en silencio y Mingi estaba observando a Hongjoong con una sonrisa y apoyado de su mano. Él no tocó su comida solo lo miraba y no podía creer que esta vez el chico con el que había tenido relaciones no se había ido luego de obtener lo que quería.
Estaba acostumbrado a ello, para Mingi era normal tener sexo con alguien, acabar con todo en tan solo horas y luego verlos irse fingiendo que nada había pasado entre ellos.
Fue así por un largo tiempo, hasta que llegó el punto en que se había cansado de ello negándose a cualquier propuesta, cualquier insinuación y prefería estar solo sin tener sentimientos por nadie.

Hongjoong en cambio seguía allí.

Si, le gustaba Hongjoong. No supo cuando empezó ese sentimiento hacia él pero ya estaba hecho, su corazón ahora latía de una manera eufórica gracias a Hongjoong.

_Cuando estabas en casa... ¿Fingiste ser malo cocinando?_ Preguntó Hongjoong luego de dar el último bocado.

_Puede ser..._ Dijo sirviendo un poco de agua al mayor y este bebió sonrojado.

Encontrarse con los ojos de Mingi ahora lo ponía nervioso y recordar lo que había pasado un rato antes hacía latir su corazón.

_No me gusta cuando mienten_ Comentó evitando cualquier otro pensamiento durante la conversación.

_Soy tan bueno haciéndolo_ Rió Mingi al ver las mejillas de un color rosado.

_Si, eres muy bueno, me gustó todo_ Dijo aclarando su voz tratando de mantener la compostura.

_¿Y cocinando también?_ Preguntó, fue esa la pregunta perfecta para lograr un color rojo en el rostro de Hongjoong sumando además una tos que no podía parar ya que se ahogó con su propia saliva. _Bebe agua no quiero que mueras_ Mingi en cambio reía pues provocar de esa manera al mayor era divertido a la vez que tierno.

Asesino Perfecto •Minjoong• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora