Capítulo 26

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Para Hongjoong la noche fue agradable, una vez más tenía a Mingi a su lado sintiendo sus brazos alrededor suyo dándole de su calor y siendo lo que más lo reconfortaba.
Pero todo su comfort fue interrumpido al despertar en altas horas de la madrugada y no sentir al más joven cerca suyo, algo que lo hizo asustar sin razón alguna.
Miró hacia donde se suponía que Mingi debía estar, pero la cama se encontraba vacía y fría. Bostezó tallando sus ojos y se sentó en la cama esperando a que regresara, pues supuso que se había ido al baño y regresaría pronto.

Hongjoong se quedó allí, no le molestaba esperar pero los minutos corrían, hasta pensó que un minuto duraba lo mismo que un segundo pues media hora pasó volando y el menor aún no volvía.
Estiró sus brazos hacia arriba tratando de quitarse la pereza de levantarse de aquella cama y buscó a Mingi.
Temía que el pobre estuviera en problemas otra vez con un cuchillo, rió al pensar en ello ya que Mingi podía ser grande e intimidante, serio y frío, pero una vez lo conocías bien parecía un pequeño cachorro inexperto que intentaría todo por hacer feliz a su amo.
Si, fue una extraña comparación pero para Hongjoong eso tenía sentido.

Abrió la puerta del baño, él vió que la luz estaba encendida pero Mingi no se encontraba allí. Salió del cuarto y recorrió la casa. No podía encontrarlo, la sala estaba vacía, la cocina también aunque le llamó la atención lo desordenada que estaba, caminó nuevamente por los cuartos y el baño de invitados, pero nada.

Así que solo quedó una habitación más por revisar.

_¿Mingi?_ Llamó acercándose a la puerta, esperaba escuchar la voz gruesa que tanto le gustaba, pero en cambio se escuchó un ruido y aunque no era lo que quería, eso fue suficiente para saber que allí estaba. _Mingi estuve buscándote me asusté cuando no te vi y..._ Hongjoong hablaba mientras se acercaba pero apenas rozó la puerta con sus manos esta fue abierta lentamente.

Inmediatamente el ambiente se sintió pesado, era tenso y silencioso. Era como la calma después de la tormenta pero para Hongjoong esa calma era inquietante algo que no lo hacía sentir seguro y necesitaba ver a Mingi a los ojos para estar tranquilo.
Sus pies descalzos y fríos avanzaban paso a paso casi de puntitas evitando hacer mucho ruido. El corazón le iba a mil por hora, sentía un extraño nudo en la garganta como cuando ves algo que no querías. Sus manos ahora sudaban frío y temblaban, lo único que necesitaba era ver que todo estuviera bien con él.

_¿Mingi?..._ Su voz se quebró.

Cuando logró entrar a la habitación apenas pudo ver bien, estaba oscuro y sombrío, hizo pequeños sus ojos tratando de así regular su vista y poder ver mejor. A lo lejos de la habitación había una tenue luz blanca que apenas iluminaba una esquina y que gracias a ella logró ver lo de había a su alrededor.
Estaba confuso, el lugar no era una oficina como la de su casa, allí habían instrumentos químicos por todos lados, un leve olor a azufre y papeles tirados por todo el suelo.

Se acercó hacia la luz y a medida que avanzaba logró distinguir mejor lo que había en el suelo.

Mingi estaba allí.

Se horrorizó al ver como tirado en el suelo con sus manos y pies aferrados con un cable, gemía bajo del dolor.
Su torso estaba descubierto, sus pies también y en sus muñecas heridas que sangraban por culpa de la fuerza que hacían los cables sobre esta.
Sin dudas la imagen que tenía frente suyo era como vivir una pesadilla y es que no solo le dolió ver así a Mingi, sino darse cuenta de que este agonizaba respirando lentamente, sus pulmones apenas podían mantener el aire dentro por unos segundos, cada vez le costaba más respirar aún más por la sangre en su nariz que impedía respirar aire limpio.
Intentaba decirle algo, pero la mordaza en su boca le impedía formular palabra alguna.

_Oh dios..._ Murmuró asustado, se cubrió la boca evitando vomitar pues solo sentía náuseas y su cuerpo amenazaba con desvanecerse ya que sus fuerzas desaparecieron.

Mingi abrió sus ojos, escuchó a Hongjoong y logró reaccionar con la última gota de aliento que le quedaba. Se encontró con la mirada asustada de Hongjoong, este aún estaba inmóvil, incapaz de mover un solo músculo, incapaz de solo pronunciar una palabra más.
El menor intentó moverse, quería quitarse todo de encima y abrazar a Hongjoong para decirle que todo iba a estar bien, que no temiera y que saldrían de allí para luego tener una cita juntos y olvidar el pesado.
Pero aunque quiso hacer todo eso, solo pudo moverse unos cortos centímetros.
Una vez más buscó la mirada de Hongjoong, en los ojos de Mingi había una palabra escrita y era "perdón".
Luego de eso Mingi cerró sus ojos, se sentía demasiado débil y nada podía hacer por él ya que incluso si llamaba por ayuda, no podrían salvarlo.

_No, no Mingi no ¡¡No!!_ Gritó Hongjoong desesperado y se apresuró en ir con Mingi.

Arrodillado frente al menor quitó la mordaza de su boca y con cuidado liberó las muñecas y pies de Mingi. Lágrimas habían en los ojos de Hongjoong, lágrimas que recorrían sus mejillas, labios, mentón y caían descansando en el rostro de Mingi.

_Resiste por favor Mingi quédate conmigo_ Fue lo primero que dijo al tener al menor cerca suyo, dejó la cabeza de él descansar en su regazo y tomó sus manos las cuales estaban demasiado frías tomando un color azul debido a esto.

_Te dije..._ Mingi balbuceó, no podía hablar alto pero al menos podía hacerlo lo suficiente como para que Hongjoong lo escuchara. _Yo quería morir en tus manos, lo haré ahora_ Sonrió leve recordando lo que antes había dicho y que ahora cumpliría.

_No vas a morir Mingi No_ El mayor se negaba, incluso odiaba la palabra morir.

_Lo siento Hongjoong... Espero alguien más pueda enamorarse de ti como yo lo hice_ Le costaba hablar si, pero necesitaba decirle unas últimas palabras a quien amaba.

_Basta solo cállate Mingi_ Sollozó, su vista se nublaba por culpa de sus lágrimas y en su garganta se había formado el nudo más grande que existió jamás.

_Oye Hongjoong... Te amo_ Murmuró, fue casi inaudible pero se entendía a la perfección. _Sal de aquí y escapa cuando muera_

Hongjoong continuaba negado, no podía permitir que quien amaba por primera vez en su vida se fuera así como así. No sabía que le había sucedido, no entendía que era ese lugar y mucho menos entendía por qué Mingi seguía diciendo esas cosas incluso estando a punto de morir.
Pasaron tan solo segundos, los suficientes como para que el corazón de Mingi dejara de latir, sus ojos se cerraran por completo y su respiración cesó.
Al darse cuenta de ello no supo hacer otra cosa más que aferrarse al frío cuerpo de Mingi llorando como jamás lo hizo sintiendo que moría a medida que las lágrimas caían.

Estaba viviendo una pesadilla, era horrible y espantoso. Quería pellizcar su propio brazo para despertar, mirar a Mingi durmiendo a su lado y abrazarlo fuertemente deseando nunca verlo morir, pero allí estaba, aún con el más joven en sus brazos.

No tenía nada que hacer, su pesadilla no acababa y solo podía ver la imagen de Mingi sonriendo levemente con sus ojos cerrados descansando en sus brazos.

_Mingi... Por favor despierta_ Murmuró una vez más con su voz temblorosa esperando a que el menor obedeciera.

























:(

Asesino Perfecto •Minjoong• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora