Luego de un accidente en la empresa, el CEO Jeon Jungkook debe guardar reposo y mantenerse alejado de todas las presiones que implica su trabajo. Su madre le recomienda salir en citas para distraerse, sin embargo, él se niega a tener nuevamente una...
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El sonrojo de Yeonu desapareció cuando vio que aquella carta era de su ex prometido, Jimin. Se formó un nudo en su garganta y su vista no podía apartarse de aquella letra cursiva que decía: Para mi querida, Yeonu.
El día en que le dieron la noticia de que nunca podría dar vida a otro ser, Jimin y ella discutieron muy fuerte, él con lágrimas en los ojos dijo que jamás podría casarse con ella pues sus padres nunca lo permitirían ya que ella estaba seca por dentro, además de que su madre nunca estuvo de acuerdo con ese noviazgo.
Yeonu se molestó tanto porque Park decía amarla y al romper su compromiso le demostró todo lo contrario. Lo bloqueó de redes sociales cortando definitivamente toda comunicación con él y su familia por si trataba de buscarla, jamás imaginó que se atrevería a enviarle una carta de la cual no tenía ni idea que decía.
—¿Sucede algo? —la voz de Jungkook la trajo de vuelta a la realidad. —Te estás poniendo muy pálida, ¿te sientes bien? ¿Quieres que te lleve al hospital? —con toda confianza, Kook puso su mano sobre la frente de la profesora para verificar su temperatura.
Lo miró detenidamente, su corazón latió y al ver que aquel hombre frente a ella se preocupaba por su salud confirmó que efectivamente ella sentía algo por él. Olvidó por completo la carta que tenía entre sus manos y comenzó a cuestionarse sin podía intentar tener algo con él sin importar lo que sucedía con ella.
—Estoy bien —sonrió, dejó la correspondencia sobre un mueble y juntos volvieron a la sala para seguir buscando un departamento.
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El viernes por fin había llegado y era la hora de que los Jeon pusieran su plan en marcha. Hana consiguió convencer a su papá para arreglarse y estar presente en el restaurante en el cual habían hecho la reservación.
Le dieron la tarea más importante a la más pequeña de la casa y era convencer a su profesora de ir a cenar con la excusa de que Hana quería agradecerle por haberla ayudado y aunque Yeonu al principio se negó terminó cediendo pues Youngsu le rogó con el pucherito que se convirtió en la debilidad de la mujer.
Jungkook se había puesto un traje gris claro con camisa blanca abierta del pecho sin corbata, su cabello estaba peinado hacia atrás dejando al descubierto su frente. Se puso un reloj en su muñeca y un poco de loción para no solo llamar la atención con su vestimenta sino que también con su olor. Hana le había dicho que una mujer cae rendida ante el aroma masculino y Jungkook sin duda alguna era de esos hombre que olían delicioso en todo momento.
Por otro lado, Yeonu no sabía que vestir, Youngsu solo le entregó una tarjeta donde estaba anotada la dirección del restaurante por lo que tuvo que hacer su investigación por su cuenta y descubrió que era un lugar de lujo.
Miró en su armario todos los vestidos que tenía y optó por uno negro corto que se ajustaba a la perfección con su figura y era descubierto de un hombro mientras que el otro tenía una manga larga. Se puso unas zapatillas del mismo color para combinar y eligió un abrigo beige ya que la noche parecía ser fresca.
