Luego de un accidente en la empresa, el CEO Jeon Jungkook debe guardar reposo y mantenerse alejado de todas las presiones que implica su trabajo. Su madre le recomienda salir en citas para distraerse, sin embargo, él se niega a tener nuevamente una...
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Jungkook tuvo que dejar el hospital para ir a la estación de policía y arreglar los asuntos pendientes sobre el accidente, claro, no había dejado a su amada esposa sola, sus tres pequeños se quedaron para hacerle compañía y se aseguró de que Min Yoongi pudiera cuidar de ella como era debido.
En la estación, Tae y Kook avanzaron hasta la recepción para pedir informes y sin mucha dificultad les indicaron lo que tenían que hacer. Pasaron a la oficina del oficial a cargo y tomaron asiento frente a su escritorio.
—Gracias al cielo llegó —el oficial suspiró. —Esa chica nos tenía estresados a todos, ahora se quedó dormida pero nos urge saber si va a levantar cargos.
—¿Quién es ella? —preguntó Jungkook con el semblante serio.
—Joo Nari —respondió Taehyung con un tono bajo.
—Ya veo... —miró al oficial con determinación. —Sin duda voy a levantar cargos en su contra y si es posible pediré una orden de restricción, pediré a mi abogado que se haga cargo —se levantó de la silla. —Ahora si me lo permite, me gustaría hablar con ella.
Guiaron a Jungkook hasta la celda de separos donde tenían a Nari. Ella se encontraba tirada en el piso girada hacia la pared mientras dormía o por lo menos disimulaba dormir.
Tae y el oficial dejaron a Kook para que pudiera hablar con ella en privado y justo cuando se marcharon, habló.
—Joo Nari, levántate —ordenó. La chica sólo se rió mientras daba la vuelta para encontrarse con la mirada de Jungkook.
—Hola de nuevo, Kookie. ¿Me extrañaste?
—Te dije que dejaras de llamarme de esa manera —se encontraba furioso. —No, mejor ni siquiera me dirijas la palabra. No estoy aquí para escucharte, solo vine para advertirte que si te vuelves a acercar a mi familia lo vas a pagar muy caro, ya me canse de ti y todas tus tonterías.
—Ay Kookie, mi lindo, inocente y estúpido Kookie —volvió a reír, se levantó del suelo y se acercó a la reja. —Si tan solo esa tipa no se hubiera metido en el camino tú estarías muerto. Cuéntame, ¿qué le sucedió? ¿Murió? ¿O fueron sus pequeños engendros quienes sufrieron la peor parte?
—Cállate —se echó el cabello hacia atrás con frustración.
—No importa —su risa no desaparecía. —Esta vez fallé y no pude acabar contigo pero la próxima verás que tendré éxito.
—No habrá proxima porque ten por seguro de que voy a hacer que pases el resto de tu insignificante vida en prisión —Y sin más Jungkook se marchó mientras escuchaba la risa desquiciada de la que alguna vez fue la mujer que amó.
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Los días pasaron, tal y como Jungkook lo dijo, hizo hasta lo imposible para meter a Joo Nari tras las rejas. Gracias a su abogado y el interrogatorio donde ella aseguró querer asesinar a Kook y al final fue Yeonu quien salió herida pudieron acusarla de intento de homicidio.
