Luego de un accidente en la empresa, el CEO Jeon Jungkook debe guardar reposo y mantenerse alejado de todas las presiones que implica su trabajo. Su madre le recomienda salir en citas para distraerse, sin embargo, él se niega a tener nuevamente una...
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Los ojos de Yeonu se abrieron lentamente, no podía recordar absolutamente nada de lo que había sucedido, ni mucho menos sabía dónde se encontraba o por qué estaba ahí.
Estaba recostada sobre el pasto de un enorme bosque lleno de árboles y flores de muchos colores. Se enderezó quedando sentada para mirar a su alrededor; la brisa golpeó su rostro con suavidad y le otorgó un nivel de tranquilidad que nunca en su vida había sentido.
En ese lugar no había ninguna persona, se sentía confundida pero ansiosa por explorar. Se puso de pie, sintió el húmedo pasto sobre sus pies descalzos y sin más comenzó a caminar por un largo sendero que parecía no tener final.
Caminó y caminó sin detenerse, no se sentía cansada pero le parecía extraño ver como el tiempo no avanzaba, por muchas horas que estuviera en ese sitio, la luz del sol no bajó en ningún segundo.
Sintió como su piel se erizó cuando escuchó una voz a lo lejos, una voz que nunca olvidó. La voz de un hombre al que siempre admiró con todo su ser, el mismo hombre que por mala suerte del destino tuvo que dejarla.
—¡Yeonu! —observó en todas direcciones buscándolo.
—¿Papá? —sus lágrimas comenzaron a caer justo cuando vio un destello de luz frente a sus ojos y de ahí una figura masculina se formó para acercarse a ella.
—¡Mi princesa! —corrió para abrazarla.
—Te extrañé demasiado, no sabes la falta me haz hecho —su padre limpió sus lágrimas.
—No te preocupes a partir de este momento no volveremos a separarnos, un mejor lugar nos espera —tomó su mano para intentar llevarla con él pero Yeonu lo soltó.
—¿A dónde quieres llevarme? ¿Qué hay de mi familia? ¿Dónde está Jungkook? —volvió a mirar a su alrededor tratando de buscar a su amado esposo.
—Nos alcanzarán en algún momento de su vida, no te preocupes por ellos.
—Espera un momento... —analizó la situación por un segundo. —¿Estoy muriendo?
—Algo así, pequeña. Ya te lo explicaré más tarde, vámonos.
—No quiero ir contigo —respondió muy segura de sí misma. —Le prometí a Jungkook que estaría junto a él por un largo tiempo, que envejeceríamos juntos y si me voy ahora estaría rompiendo esa promesa.
—¿Qué más da? Estarías conmigo.
—Papá, te quiero —tomó las manos de su padre. —Pero ya aprendí a vivir sin ti, tengo una familia ahora y debo cuidar de mis niños hasta que sean lo suficientemente mayores como para que puedan vivir sin mí. Amo a Jungkook y no pienso dejarlo.
—Haz crecido tanto —acarició la mejilla de Yeonu. —Mírate, eres una mujer hecha y derecha, muy madura para afrontar estas decisiones con tanta firmeza. Supongo que tendré que seguir esperando para volver a verte.
