Luego de un accidente en la empresa, el CEO Jeon Jungkook debe guardar reposo y mantenerse alejado de todas las presiones que implica su trabajo. Su madre le recomienda salir en citas para distraerse, sin embargo, él se niega a tener nuevamente una...
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Jungkook rodeó la cintura de Yeonu sin dejar de besarla. Sentía como si estuviera en el mismísimo paraíso. Sus labios eran suaves y el sabor era delicioso y adictivo debido al alcohol que habían ingerido.
Yeonu por su parte rodeó sus hombros y mientras sus bocas estaban conectadas jugó con el sedoso cabello del hombre. Besarlo era una experiencia nueva pues nunca lo había hecho con alguien que tuviera un piercing en el labio inferior y sin duda le agradaba la sensación.
Las manos de Kook poco a poco incrementaban la fuerza del agarre para apretarla más y más contra él sin llegar a lastimarla, sus cuerpos estaban muy pegados siendo así que lo único que los separaba eran las prendas que llevaban puestas.
Sus bocas se separaron por la falta de oxígeno pero aún así Jungkook no quería soltarla y Yeonu ni siquiera tenía la intención de alejarse.
—Lo siento —pronunció Kook en un susurró. —No pude evitarlo, yo solo tenía muchas ganas de besarte, desde que te vi entrar al restaurante quería hacerlo.
—Mentiría si te dijera que yo no quería hacerlo —acarició sus mejillas y pudo notar que estas ardían e imaginó que las suyas también tendrían la misma temperatura. —Justo ahora quiero volver a probar tus labios.
—Entonces que así sea —Kook volvió a besarla pero esta vez se separó unos segundos después. —¿Sonaría mal si te pido que continuemos en mi recámara?
—Esa es una invitación que no podría rechazar —el escuchar eso, Jeon sonrió y tomó la mano de Lee para guiarla hasta su habitación.
Justo al entrar a la recámara, Kook cerró la puerta por detrás, ambos estaban conscientes de lo que ocurriría dentro de ese lugar y no querían dar marcha atrás.
Jungkook se quitó el saco de su traje y lo dejó caer al suelo al igual que Yeonu hizo lo mismo con su abrigo.
Se acercaron paso a paso hasta llegar al borde de la cama donde ella tomó asiento y él se agachó para tener su rostro a la misma altura, dejó un beso fugaz sobre sus labios. Observó sus ojos, notó lo mucho que brillaban y se animó a besarla nuevamente esta vez para permanecer pegado a ella.
Yeonu llevó sus manos hasta el cuello de él y mientras lo atraía hacia su cuerpo se fue recostando sobre el colchón de la cama para dejarlo encima de ella.
Los besos que al principio eran suaves y tiernos pasaron a ser ardientes y llenos de pasión cuando sus lenguas imploraban por encontrarse y jugar juntas.
