Luego de un accidente en la empresa, el CEO Jeon Jungkook debe guardar reposo y mantenerse alejado de todas las presiones que implica su trabajo. Su madre le recomienda salir en citas para distraerse, sin embargo, él se niega a tener nuevamente una...
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Durante el día, Yeonu había estado muy pensativa. Dejó a sus alumnos haciendo un trabajo en clase pues no podía concentrarse en otra cosa que no fuera el encuentro que tendría con Jimin.
Las horas pasaron, tal y como Jungkook lo planeó, recogió a Young y a Yeonu para seguido ir por los gemelos y llevarlos a casa. Ambos adultos dejaron al mando a Jae Woo, al ser el mayor por cinco minutos y ser el más razonable de los tres.
Kook pudo notar la inquietud de Yeonu pues su silencio no era normal. Cuando se detuvo en un semáforo en rojo, soltó el volante, la miró y acarició una de sus manos.
—Todo estará bien, tranquila —levantó la mano de la mujer y depositó un suave y cálido beso sobre sus nudillos. —Pase lo que pase, voy a estar para ti.
—Tengo un poco de miedo, Jungkook —dio una sonrisa forzada. —¿Qué pasa si Jimin me confirma que mi madre ha estado detrás de esto?
—¿Podríamos demandarla? No soy abogado pero se que este país tiene demandas de todo tipo.
—Sí... quizás —suspiró, el semáforo volvió a ponerse verde y Jungkook regresó sus manos al volante para continuar su camino.
Durante todo el trayecto restante, Yeonu se mantuvo en total silencio. Los nervios y el miedo de enfrentar a Park la consumían por dentro y aunque quería dar marcha atrás e irse como si nada hubiera pasado debía encararlo.
Llegar al área donde una vez fue su universidad le trajo miles de recuerdos tanto horribles como maravillosos. Aquellos recuerdos donde su madre le decía lo insignificante que era por seguir estudiando en lugar de conseguir un hombre rico y al mismo tiempo las memorias de todos los momentos hermosos que pasó con Jimin.
Pasaban todos sus descansos juntos, siempre tratando de sincronizar sus tiempos. A su mente vino la imagen donde Jimin la besó por primera vez debajo de un enorme y frondoso árbol. E incluso la vez en que ella tenía que terminar un proyecto y Park se quedó hasta tarde para ayudarle con tal de pasar tiempo juntos.
Todos fueron momentos increíbles, situaciones que no volvería vivir y que se quedarían como un recuerdo en su memoria.
Jungkook y Yeonu por fin habían llegado frente a la cafetería. Aparcaron el coche y se adentraron en el lugar.
Ella fijó su vista en la mesa que siempre solía utilizar y ahí fue que visualizó a Jimin, estaba sentado tranquilamente mirando por la ventana con su vista perdida.
Yeonu respiró profundamente para darse fuerza a sí misma y en eso, sintió una ligera presión en su mano derecha.
—Todo estará bien —le susurró Jungkook mientras la sujetaba de la mano. —Estaré en una mesa apartado de ustedes para darles su espacio pero estaré pendiente para cualquier cosa que necesites.
—Gracias —depositó un rápido beso sobre su mejilla y sin más soltó su agarre para dirigirse con Park.
Sin saludar, tomó lugar frente a él. Jimin quería levantarse y abrazarla con todas sus fuerzas pero sabía que debía guardar su distancia por lo menos hasta que Yeonu le diera una señal de que volvería con él.
