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Al día siguiente Kate había pasado hora y media buscando un atuendo correcto para ir al edificio en el que SeokJin trabaja, el cual era un lugar súper elegante porque solo modelos ingresan ahí, nada más las personas que los trabajadores autorizan pueden entrar, y Katherine era una de ellas. No era la primera vez que iba, pues ahí ellos se conocieron además de que cuando empezaron a frecuentarse ella lo iba a buscar al edificio, o acompañaba a SeokJin cuando tenía que buscar algo, algunas personas como recepcionistas o del personal de limpieza ya la conocían, no era muy difícil notar cuando ella llegaba por su característico cabello color zanahoria y la ropa rosa como si saliera de la Mansión de Barbie.

Pero ahora las cosas eran distintas, porque no iba con la calma de siempre y la intriga de saber qué haría ese día con su mejor amigo, sino que ahora tenía en la mente el tono con el que SeokJin la invitó al edificio para después cortarle la llamada, un manojo de nervios estaba clavado en su estómago y estuvo toda la mañana y tarde creyendo que vomitaría en cualquier momento. Y si bien pensó una y otra vez que su hermano se confundía y solo quería alimentarle las ilusiones a la mayor, después de que Azkeel le haya dicho "hombre conoce a hombre" pudo verificar que sí, efectivamente SeokJin no la había invitado con intenciones de amigarse.

Después de buscar por tanto tiempo en su inmenso closet decidió tomar un blazer y falda de satén fucsia, pero como no tenía camisas para combinarlo terminó eligiendo un top del mismo color, el cual dejaba al descubierto su estómago y parte de su pecho. Debía confesar que se lo había colocado a propósito para llamar la atención de su mejor amigo, para demostrarle que de verdad había otra mujer que podía hacerlo sentir bien y que Young Sun no era la única en el mundo. Terminó su outfit con un maquillaje sutil, gloss en los labios y unos zapatos tacón aguja, también rosados, solo porque recordó que los llevó a una fiesta y Kim alegó que adoraba como le quedaban.

Desde el momento que despertó y su hermano le recordó que hoy iría al trabajo de SeokJin no podía no estar nerviosa, cosa que la hacía molestarse, no era una cría para ponerse así solo porque sabe que estará a solas con un chico, cuando tampoco era la primera vez que eran solo ellos dos en el departamento del mayor. Empezaba a considerar que quizá todo había sido un error por una simple tonada y se había vestido para impresionarlo cuando era absurdo porque tal vez SeokJin no tenía las mismas intenciones que ella. Además de eso, también estaba el pensamiento en su cabeza de que esa noche podía terminar una linda amistad que duró muchísimos años, Kate no es de las personas que saben separar el sexo con el amor, nunca tuvo una experiencia así, y si SeokJin le pedía tener una amistad con derechos a roces, sabía que le resultaría imposible.

Katherine siempre había sido de vestir bien, era una de las tantas razones por las cuales había elegido la carrera que ejerce hoy en día, adora todo lo relacionado a la moda y lo aplica en ella misma. Muchas veces había hecho su propia ropa, o dibujado sus propios diseños para presentarlo a una modista y que hagan lo que ella quería al pie de la letra, así que eso de estar bien vestida era algo de siempre, no importaba si tenía que ir a comprar pan a la esquina, iba con el tan poco disimulado pijama rosa de tela, las pantuflas abrigadas del mismo color y el antifaz sobre su cabeza. Todo el que la veía por la calle pensaba que salía de una pasarela con temática de La Bella durmiente.

Así que el problema no era tanto por haberse arreglado o no, sino que iba más porque su conciencia le recordaba a cada segundo que se había vestido así por SeokJin, no por ella. Estaba más que claro que adoraba la ropa que tenía puesta, sino no la tendría, pero en todo momento estuvo el rostro y la reacción de su mejor amigo en su mente al verla así. Como toda fetichista hormonal pensó que la subiría sobre algún escritorio y terminarían teniendo relaciones en alguna de las oficinas del lugar mientras él le cubría la boca. Internamente esa había sido la razón para la elección de su falda, aunque no lo admita en voz alta, sería más fácil de removerla si es que aquello con lo que tanto fantaseaba ocurría.

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