epílogo

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⎯ ¡Mamá, ayúdame!

Kate dejó de lado la revista que estaba leyendo para ver a su hijo, Aysel, enterrado en la arena casi hasta el cuello. Rápidamente socorrió a salvar a su pequeño niño de ocho años mientras éste reía por la mueca enojada de su madre, quien después de sacudirle la arena le hizo cosquillas en el estómago como muestra de enojo. Visto desde otro lado se podía morir de amor con lo amorosa que era la madre de bikini rojo con su dulce hijo, el que con cada risa le alegraba más la vida a su fuerte mamá.

Habían pasado largos años, tantos que Katherine había cambiado demasiado su personalidad y físico, ya era una mujer de 36 años que estaba adorada con su hijo y vivía feliz en Londres. Todo había salido relativamente bien, en los primeros tres años fue una tortura casi interminable, no esperaba el momento de por fin triunfar y no tener que trabajar en dos lugares a la vez y viendo casi poco y nada a su hijo. Todos estos años le habían servido en demasía para su vida, la habían ayudado a mejorar tanto para ella misma como para su hijo, ya que no quería darle una madre que se quedaba en el pasado y no podía soltarlo. Fueron meses y años que costó soltar todo aquello, y es hasta el día de hoy que podría decir que el trauma permanecía ahí en su mente, en silencio y esperando el momento para atacar, pero por suerte estaba bien acompañada y nada de esos horribles recuerdos sucedía en la actualidad.

Necesitó hasta de ayuda psicológica para entender que dependió emocionalmente de SeokJin gracias a la ausencia de su padre biológico en su vida, algo bastante rebuscado que le había explicado su psicóloga, pero después de un tiempo comprendió que ella buscaba amor masculino de cualquier manera, alguien que se parezca a su padre que no veía hace años; carismático, gracioso, con risa extraña, que la haga sentir como una niña. Esas cosas que no tenía presente por su padre que decidió vivir el duelo de la separación de su esposa, incluyendo a su hija en la misma bolsa cuando no tenía nada que ver. Entendió que se aferró a Kim como si fuera un clavo ardiendo solo para no sentirse sola, porque veía a los demás tener amigos por todas partes y ella pensaba que él era el único en su mundo, y eso no le permitía ver a las otras personas que la acompañaban, como podía ser el caso de JiMin o de su propia familia. Fue difícil entender que estaba mal poner la felicidad de SeokJin por encima de la suya, pero cuando volvía de terapia por lo menos lo hacía sin sentirse estúpida porque era algo que lo hacía sin ser consciente.

Fueron años sin saber nada de SeokJin, sin que dé señales o algo por el estilo, y había que admitir que en el primer tiempo Katherine casi le rogaba al universo para que el mayor le dé una señal de vida, para que volviera arrepentido porque ella lo perdonaría, pero eso no sucedió, y si bien la Kate de años atrás seguiría decepcionada llorando a escondidas, la mujer madura de ahora estaba más que agradecida de que SeokJin no apareció en su momento de superación porque no sabría qué hubiera ocurrido. Pero se dió cuenta de que lo superó cuando dos años atrás él volvió, no sintió la más mínima emoción por verlo, no le había provocado nada, ni molestia ni amor, absolutamente nada, hasta se podía decir que se había olvidado de su existencia. Las casualidades de la vida hicieron que Kim sepa donde vivía la madre de su "hijo" y... quién sabe si por curiosidad o por arrepentimiento, quiso verlo, conocerlo y dejar las cosas bien con la pelirroja.

Aunque habían salido bastante mal.

Pasó que Aysel y SeokJin compartieron un día, ni siquiera 12 horas, porque Katherine era muy desconfiada de él y no quería dejar solo a su hijo con un hombre que realmente no conoce, ya que ella prefería callar ese tema con su hijo y explicarle cuando sea más grande, aunque el niño era bastante maduro para su edad. El menor no podía explicarlo con claridad, pero habían ocurrido muchos momentos incómodos; silencios donde ninguno hablaba, que SeokJin le daba helado del gusto que su hijo odiaba, y fue para peor cuando esa bruja (la actual novia de SeokJin, Cassie) apareció frente a él y le pellizcó tan fuerte las mejillas que sentía que se le iban a salir. El niño no la había pasado bien, y SeokJin tampoco porque no tenía buena conexión con los niños, sumándole que su propio hijo le decía papá a un hombre que no era él, no sentía celos ni mucho menos porque la verdad sería una tomada de pelo que se sienta así cuando él mismo le dió la espalda, pero le parecía sorprendente notar que Katherine siguió adelante sola e hizo su vida para mejor, al contrario de él.

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