9- la cita

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Bruno arriba, chicas.😍

————

Para mi el tiempo es lento, Joe me observa y no despega sus ojos de mi, me tiene a delirando con solo su presencia.

—Anny, ¿me permites hacer algo? —inquirió, con un lento susurro cerca de mi oído.

Oh que nervios, seguro querrá besarme delante de todas estas envidiosas. A él le permitiría todo, sin lugar a dudas.

—Si, Joe. —mis labios tiemblan al decirlo.

Joe suelta mi mano, e inesperadamente me quita los lentes ¿por qué hizo eso? sé que me veo horrible con ellos, pero no podré ver lo que hace si no los tengo puestos. Ahora lo veo borroso y es incómodo.

—¿Sabes algo, Anny? tienes unos ojos preciosos, color café, los más hermosos que he  podido apreciar porque te queda de maravilla con tu rostro —susurra  en voz baja con un tono suave y  ronco, y vuelve a colocarme los lentes permitiendo que lo mire. El corazón zumba en mi pecho. Dios mío.

Este chico me está enamorado de una forma increíble, sus palabras, sus labios, su cuerpo, su aroma y todo de él me fascina, me vuelve loca.

—Gracias, Joe. —hago  una pausa y prosigo —: tus ojos tambien me gustan —dije cabizbaja por los nervios de haber dicho esas palabras.

—Pero no bajes la mirada —susurra—. Me gusta que me mires a los ojos.

Toma mi mentón y me obliga a mirarlo. — Anny, he querido preguntarte algo.

Oh si, es el momento, ¿será que me pedirá ser su novia? Creo Estoy delirando. No puede ser que me esté ilusionando de la nada.

—Puedes preguntar lo qué desees —le digo manteniendo la mirada sobre la suya.

Joe acaricia su mentón y se sienta a mi lado, tomando mi mano y acariciándola.

—¿Por qué no puedes ver?  — mi sonrisa se borra y lo veo preocupado.

Por un momento pensé lo que no era, mi estúpida imaginación me ilusiona. ¿Cómo voy a pensar que un chico como él me pediría ser su novia? Y mucho menos tan rápido. Ahora  solo debo decirle porque no puedo ver.

—Es que —suspiro y continúo —: cuando yo tenía 15 años empecé a perder la visión, al principio veía un poquito nublado y cuando fue empeorado, mi padre logró convencer a mi madre de operarme, pero no pasó nada, empeoré y no es que sea ciega, sí no que no veo con claridad, todo es borroso. El doctor me sugirió otra cirugía muy avanzada, pero mi madre se negó. Pero en cualquier momento me haré la cirugía sin permiso de mis padres, como sea ya soy mayor de edad.

Por un instante mis ojos se llenaron de lagrimas pero parpadeé varias veces para no mostrarme tan débil.

—Es increíble, pero no te desanimes, eres muy hermosa, y no es que con lentes seas fea, no pienses eso, es que te ves diferente sin ellos —dijo regalándome una sonrisa motivadora.

—Gracias, pero no debes mentirme. Se  que estoy horrible con ellos, pero me alegro que reconozcas en mi interior alguien diferente —me sonrojo sin poderlo evitar. Mis mejillas arden.

Luego de tener una larga conversación con Joe, me comentó que él nació en los Estado Unidos, y que su madre nació aquí, pero a u padre es español, algo raro, pero muy común. dijo que él tiene 21 años  y que sólo faltaba 4 meses para su cumpleaños.

De mi parte, le hablé un poco de mi vida y de porqué razón soy tímida, haciéndole saber, que mi manera de ser es culpa de la inseguridad de mi madre hacía mi. Luego de una hora de conversación, Joe me pidió tener una cita con él, no me dijo para donde me llevaría, y yo muy alegre acepté.

Por siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora