Ya había pasado cuatro días, Anny y yo estamos de maravilla.Hoy es viernes, las clases y las tareas múltiples me han dejado estresado, y ahora me encuentro sentado en el sofá de mi apartamento.
hoy quiero pasarmela con Anny, le escribiré un mensaje diciéndole que la espero aquí. Hoy podemos ver una película y compartir juntos. Siento que debo aprovechar más el tiempo y estar con ella, no se sabe si más adelante ya esto termina. Al menos debo tener los mejores momentos en mis pensamientos, aunque no quiero perderla.
Le mando el mensaje y aprovecho para darme una ducha, y tras hacerlo decido ponerme un pantalón pijama color gris y una camiseta blanca.
La noche estaba nublada, según dice el pronóstico que hoy llovería. Después de diez o más minutos, me doy cuenta que aún Anny no llega. La desesperacion aumenta en mi, y sentado en mi sofá le marco a su celular, pero antes de sonar el primer tono de llamada, el timbre de mi puerta suena y cuelgo al instante.
—Debe ser Anny —pienso en voz alta y camino hasta la puerta, tocando el cerrojo y girando con una sonrisa emocionada pegada en mi rostro, pero mi emoción se borra con mi sonrisa, y todo se desvanece al ver a Denisse muy sonriente esperando que la invite a pasar.
—Hola, Joe, ¿como te va? —preguntó de lo más normal. Me quedo paralizado y más que confundido. Me doy cuenta que lleva puesto un corto vestido negro, unos zapatos altos color rojo y un bolso del mismo tono, y su cabello suelto.
Para agregar más confusión a mi mente, ella muerde su labio inferior y sin permitir que la invite a pasar, entró como si nada.
El enojo me toma con su sorpresa presencia en mi casa, y cierro la puerta de golpe. Ella me tendrá que escuchar.
—¿Qué haces aquí?
—Pues vine a verte. —Denisse me dirige una mirada y luego a mi casa, como si lo que viera le llenara la vista.
—Vete de aquí, estoy esperando a alguien.
Sonríe con burla. Ella no cree que yo soy capaz de rechazarla por otra. Veo su intención oscura en cuanto se acerca y de la nada intenta besarme. A tiempo giro mi rostro dejando el beso de ella en el aire.
Me aparto y abro la puerta para que se largue de mi casa:
—Vete Denise, estoy esperando a mi novia.
Mi exigencia permaneció segura, dándole la espalda a la puerta y el frente a ella, para que no piense que estoy inseguro de esto.
—Joe, aún te amo. Fui una tontas en dejarte ir. Amor, no debí engañarte, eres todo para mí. Verte esa noche en la disco, me hizo darme cuenta cuanto te extraño. Sé que aún me amas, en tus ojos lo veo. Si no me amaras no te enojaras de esa forma.
En este momento quiero mandarla al mismo diablo. Que falsa es. De repente escucho el sollozo de una persona detrás de mi, que pronto entra dejándome sin palabras.
—¿Con qué todo este tiempo me viste la cara de tonta? ¿La has estado viendo y no me dijiste nada?
—No amor, no es lo que crees. —intento acercarme pero ella se aleja, sus ojos irradian ira y dolor. Está llorando.
—Eres un mentiroso. Yo sabía que aún la amabas, y dime algo, ¿fue aquella vez que estábamos en la villa que la viste? Dímelo —preguntó con exigencia.
Dios mío, todo esto es culpa de Denisse. ¿Cómo se atreve hacerme esto? Pero no he dicho nada malo, no entiendo porque Anny cree en ella.
—Si, nos vimos esa vez —asegura Denisse, mintiendo.
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Por siempre tú
RomanceCuando Anny se instala en la universidad de Stanford, conoce a un chico que parece ser muy amable y diferente a los demás, sin comprender que ella solo sería el blanco perfecto para una apuesta. ---------- Anny siempre fue excluida por su madre y...