Por siempre tú

45- planes

Bajo del auto exaltada por la adrenalina de lo sucedido,  intento comprenderme a mí misma y no puedo.

—Anny, espera, ¿no te vas a despedir de mí? —pregunta mirándome con un rostro confuso.

En realidad no deseo ilusionarme, ni ilusionarlo, no deseo estar a su lado, aún no le perdono nada, aunque yo diga que si.

—Joe, lo siento, pero esto que sucedió fue un grave error, como te dije, no te amo, tu tienes tu novia y yo tengo mi pareja —le aclaro y sus cejas se arrugan. Observo a Katy que no duda en acercarse.

—¿Qué novia? —inquiere y Katy tira de mi mano.

—Anny, no es bueno perder más tiempo —dice con un tono molesto.

Ahora estoy sintiéndome muy mal, porque Joe es capaz de negarla cuando con mis propios ojos lo vi con ella.

—Anny, explicame eso, yo no tengo novia —aclara y me volteo, pero Bruno lo toma del brazo y trata de llevárselo, así como Katy hace lo mismo conmigo.

¿Será cierto?, sea como sea me engañó y no hay pretextos para eso.

—Por Dios Anny, ¿como le haremos para no caer en sus redes? —inquiere ella, "la sabelotodo".

—No lo sé, solo sé que ahora me siento muy confundida con todo esto —respondo bajando la mirada.

—Estamos iguales. Por cierto, creo que tendremos que tomarnos pastillas de emergencia o pensar seriamente en buscar una opción anticonceptiva —dijo y me me acuesto en mi cama llevando mis manos detrás de la cabeza. Ahora recordé que no me protegí con él.

—Si Joe  no me hubiese amarrado, me hubiese cuidado,  pero me tenías con los ojos vendados y las manos amarradas, no más por eso se aprovechó, y bueno ya debo dormir, hasta mañana, estoy agotada.

Se levanta y me mira molesta.

—Que aburrida eres, pero está bien, me voy —respondió marchándose.

Y ahora que estoy sola, es cuando el dolor se instala en mi pecho.

....

Manejo  en mi auto y Katy está a mi lado, vamos rumbo a la universidad.

Al llegar, busco  donde estacionar mi auto hasta que encuentro un lugar disponible.

—Anny mira, ese es Joe, pero está con una chica.

Aparco el auto y lo apago, miro por la ventana y lo veo, está sentado en un banco junto a la misma chica que vi en la fiesta.

—¿Es su novia? —inquiero dudosa.

—Eh..., no sé, bueno, tal vez si, pero que no se te ocurra ir hacia él, con esto ya has comprobado que él no vale la pena.

Asiento y bajo del auto, me duele verlo sonriendo junto a ella, me duele todo esto, pero no estoy dispuesta a demostrarlo.

—Descuida,  me haré de cuenta que no me importa —respondo y juntas caminamos sin mirar al alrededor, solo nos hacemos de cuenta que Joe y Bruno no existen.

—¡Anny, espera!

Escucho a Joe y sigo caminando, ignorando por completo su llamado.

—Anny, ¿qué ocurre?,  ayer estábamos bien y mira como me ignoras hoy —dijo a mi espalda, detengo mis pasos y me volteo a encararlo.

—Ayer, ni hoy, ni mañana  tu y yo estaremos bien, tú debes entender que el sexo no se debe confundir con los sentimientos, es lo único que pude ofrecerte, ahora ya no me sirves —respondo cortante haciendo notar mi seguridad.