Cal Kestis (1/2)

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*Cal y tú llevaban un tiempo teniendo "algo", pero cuando la hermana de la noche llegó, la cosa se puso rara*

Cuando la nave llegó a Bogano para descansar un poco, ____ bajó emocionada y se tumbó en el césped. Por alguna extraña razón, sentía una gran conexión con el planeta.

—¡Ven, Cal!—sacudió su brazo emocionada, invitando al chico a acompañarla—. Percibo unos boglings aquí abajo.—

A diferencia de todas las veces que ella y Cal llegaban al planeta, esta vez él no se veía muy animado. Pero la mujer no le dio la importancia necesaria.

Bogano era "su lugar secreto".

Con la excusa de visitar el templo, el par de Jedis solía pedirle a Greez que los llevara allí. Pero eso sólo era una tapadera.
Habían tomado los viejos refugios de Cordova como propios, usándolos para pasar tiempo juntos. La pasaban bien estando solos.
Nunca le pusieron un nombre a lo que tenían, ni tampoco lo creían necesario.
Besos, caricias, o incluso más que roces eran moneda corriente entre ambos. Simple curiosidad y deseo. Sin mayores intenciones.
Pero eso terminó cuando Cal llegó con ese extraño planteo mientras la mujer buscaba aquellos animalitos subterráneos.

—Creo que lo mejor... Es frenar esto que estamos haciendo.—

—... ¿Qué?—

___ levantó la mirada de aquella madriguera, borrando su pequeña sonrisa.

—Venir a Bogano, las muestras de afecto y lo... Otro... Debe detenerse.—

Aquello le dolió a la mujer.
Sí era cierto que ellos dos no eran nada, pero no quitaba el hecho de que de verdad quería muchísimo a Cal.

¿Le gustaba? Sospechaba hacerlo.

Pero justo en ese momento, intentar aclarar sus sentimientos era algo que no estaría siendo necesario.
De todas formas, Cal quería cortar todo.
Así que la mujer simplemente intentó tragar aquel nudo que se formó en su garganta y forzó una sonrisa algo extraña.

—Como quieras... Si crees que es lo mejor.—el chico solo asintió—... ¿Puedo saber la razón?—

—Bueno, yo...—

~•~

Creo que me gusta Merrin...

Esas escasas palabras, le ocasionaron un gran pesar a la jedi.
Desde que Cal pidió distancia, las cosas se tornaron algo raras entre todos. Cere no era tonta, percibía el aura tensa que se instalaba en la nave cuando el trío de jóvenes se encontraba en una misma área. Pero prefería ahorrarse el malestar de pinchar el globo hormonal que se iba hinchando cada vez más en sus narices.

Si explota, no quiero ser la causa.

Sin Cal como compañero incondicional, ____ ya no tenía ganas de hacer cosas nuevas, ni siquiera su curiosidad y chispa estaban presentes.
Se sentía desorientada, y lo odiaba. Odiaba haber creado tanta dependencia emocional, odiaba querer tanto a Cal y ver que a él no le afectaba. Él estaba en otra sintonía. O al menos eso creía.
La mujer estaba en un trance, uno donde estaba a la espera del más mínimo cambio para poder salir.

Y ese cambio fue la aparición de Andor.

~•~

La joven jedi recorría aquel lluvioso planeta en busca de algunos repuestos, cuando vio a un joven enfrentándose a unos troopers en un callejón. A duras penas evitaba que lo golpearan.

—No es mi asunto.—soltó por lo bajo mientras seguía de largo el callejón, pero no dio más de tres pasos antes de volverse—. ¡Oigan! Ya déjenlo. Es de cobardes ir 2 contra 1.—

—¡Éramos 6!—exclamó el trooper justo antes de que Andor lo golpeara con una vieja cañería. Luego al otro.

—Gracias por la distracción.—Andor se acercó algo agitado por la reciente pelea—. Pero casi lo tenia.—

—"Casi" no asegura nada.—Andor sonrió, gesto que a la mujer le pareció como mínimo encantador—. Soy ____, ____ Fargus.—

—Cassian Andor.—estrecharon manos—. ¿Y... Qué hace una damisela tan bonita por estos depresivos lares?—

~•~

—Ya se tardó mucho, iré a buscarla.—

Cal miraba preocupado por la escotilla de la Mantis, buscando en el borroso paisaje lluvioso algún rastro de la mujer.

—Dijo que estaría bien, ya volverá.—Merrin no sonaba muy interesada en aquello.

El colorado estaba por volver a insistir, cuando vio algo acercarse a lo lejos.
Era ____ bajo una sombrilla, con otra persona.

—¿Quién es él?—Cere los recibió desconfiada, pues la presencia del extraño no le hacía mucha gracia.

—Cassian, un gusto.—se presentó—. Me dijo ____ que buscaban refacciones, y ahora que veo su transporte, déjenme decirles que aquí no las encontrarán.—

—... ¿Y tu ropa?—Cere notó que la jedi ya no traía el conjunto con el que vestía habitualmente.

—Oh, estaba empapado y Cassian me dio esto. Como sea, eso no importa. Aquí la cuestión es que este lugar no servirá para arreglar la nave.—

—Este es un yate de lujo S-161, gran modelo a mi parecer.—

—Tú me agradas, extraño.—intervino Greez—. Continúa alabando mi nave.—

—Pero asi como es un lujo, también es un dolor de cabeza. Sus refacciones ya no se fabrican, y solo podrán conseguirlas de otros... Donantes. Jawas o chatarreros espaciales. Otra no les queda.—

Todos parecían debatir las palabras de Andor. Pero cierto colorado estaba enfocado en algo totalmente ajeno a la nave.

—Andor sabe dónde buscar, iré con él, nos ayudará.—

—¿Estás loca? No lo conoces.—la sonrisa de la mujer se borró ante el comentario de Cal.

—... Tú eres el menos indicado en hablarme sobre confiar en desconocidos... Al menos Andor no revive muertos.—

Un silencio algo raro se instaló en el lugar, hasta que ____ dirigiéndose a su camarote lo rompió.

—¡Te espero en mi nave!—exclamó Cassian en voz alta antes de despedirse de forma rápida y largarse de la Mantis.

~•~

____ tomaba algunas de sus pertenencias y las metía en una bolsa de tela, justo cuando Cal se presentó en el lugar.

—De verdad no puedes estar hablando en serio.—

La mujer se detuvo y lo miró cansada.

—Necesitamos las refacciones o no saldremos de este planeta. Por como yo lo veo, Cass es nuestra mejor opción.—

—No tiene razón para ayudarte... ¿Le prometiste algo a cambio?—

—Lo ayudé antes, me esta devolviendo el favor, es todo.—siguió ordenando sus cosas.

—¿Cómo lo ayudaste?... Oye, podrías parar un segundo y hablar conmigo.—

La mujer golpeó apenas con fuerza la pared del cuarto, pero el metal crujió bastante.

—Creo que fuiste tú el que me pidió alejarme, y eso hice... Asi que como yo no me meto en tus malditos asuntos... Tú no te metas en los mios.—lo miró molesta—. Sé lo que hago, sé defenderme y no te necesito... Ya no.—

Se colgó el bolso al hombro y dejó a Cal alli solo, con una extraña amargura en el pecho.

~One shots - Videojuegos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora