Alexandra Jaime Morgan,es una chica que trata de llevar su vida como cualquier adolescente pero la profesión de su padre se lo impide. En el último año de instituto conoce a Emily una chica amable y extraña, la cual resulta ser la nueva hermanastra...
Llegamos al estacionamiento donde estaba su auto, era un Nissan Marchy rojo, ella abrió la puerta del copiloto, yo la mire confundida, que rayos?
—Entra—Demandó.
—Mamá me dijo que no puedo subir con extraños—Dije cruzada de brazos.
—¿Qué?, ¡no soy una extraña!—Protesto.
—¡Si lo eres!—Dije rodando los ojos.
—Estas ebria y no pienso dejarte así—Dijo mientras tomaba mi mano.
¿Esta preocupada por mi?, ohhh no lo creo.
—Se cuidarme sola, Hitsen— Dije dando la vuelta.
—Si que eres terca.
Se acercó y se puso enfrente de mi, sentí como mis pies no tocaban el suelo, me tomó entre sus hombros y lo único que hice fue dar golpes levemente en su espalda en modo de Protesta.
—¿Qué carajos? ¡bajame! ¿Sabes que esto es un secuestró?—Dije indignada
—Silencio.
Me colocó en el asiento del copiloto y corrió a su lugar, los seguros de todas las puertas los bloqueó.
—¡Definitivamente es un secuestró!, espero seas considerada a la hora de pedir mi rescate—Dije poniéndome cómoda, mientras ella ponía en marcha el auto.
—Lo seré—Bromeó
—¡Hitsen!—Dije con la voz roca.
Su vista se fue hacia mí.
—¿Si?
—Creo que voy a vomitar.
—Oh, no, no, en mi auto no—Dijo preocupada.
Estacionó el auto y baje escondiéndome detrás de un árbol, sentía que todo me daba vuelta, ella se coloco a mi lado y sostuvo mi cabello.
—No puedes llegar así a tú casa— Dijo, girando mi rostro hacia a ella.
—Da igual, no hay nadie, nadie me espera—Dije, eso sono muy sad
—Perfecto, así puedo cuidarte—Dijo sonriendo.
—Ni de bromas.
—No piensas que te dejare sola, o si?—Fijo sus ojos entrecerrado en mí.
Subimos nuevamente a su auto, después de unos minutos se estacionó enfrente de mi casa.
—¡Espera!, ¿llegamos a mi casa?—Dije con asombró, estaba ebria pero no tonta.
—Eh.. si!—Dijo confundida
—¿Cómo sabes mi dirección?, ¡No te la he dicho!—Dije
—Ohhh
—Ohh?
—Luego te cuento como es que se tú dirección—Dijo mientras baja del auto.
Baje con dificultad, el alcohol ya esta en la fase tres, me sostuve de su brazo para poder buscar las llaves, ¡Mierda!, las he dejado en el bolso de Sofia, comencé a reírme como loca.
—¿Qué sucede?—Preguntó
—¡Las llaves!, las he dejado con mi amiga—Dije riéndome.
—¿Y ahora?—Se paso su mano en la cara.
—¡Volvamos a la fiesta!-Dije
—¿Qué? ¡Estas loca!—Respondió
—¿Qué pasa?, ¿asustado Potter?—Dije riéndome a carcajadas.
Se quedo en silencio, y llevo su vista hacia otro lado, seguro tiene miedo de que Valentina nos vea juntas, irónico por qué es ella la prácticamente me secuestró.
—N..no, no es eso—Trato de explicar.
—¡No importa!, deberías irte—Dije interrumpiendo.
—¡Vamos!—Dijo tomándome de la mano.
—¡No!—Demande
—¡Pues iré yo! buscaré a tu amiga.
No pude contener la risa, ¿esta chica aún no está conciencite de que mi amiga la odia?
—Tengo otra opción—Dije sonriendo
—¿Cuál?
Camine y me fui hacia la parte del garaje, Aaron guarda una copia de la llave de aquí, debajo de una piedra, siempre tiene un plan B.
Entramos y pude mirar la cara de asombro de la rubia, yo reste importancia al auto que teníamos de frente y le indique que me siguiera.
—Es un Lexus ES 2019—Dijo con asombró
—Ujum—Me limite al responderle
—¿De quien es?—Preguntó
—Mío—Dije
—Siempre te lleva tu amiga—Dijo
—No me gusta conducir.
Ella me miraba como si fuera dicho lo peor del mundo, pero solo la ignoré. Subimos a mi habitación y lo primero que hice fue tumbarme en la cama, vi que seguía para en la puerta.
—Pasa, que no muerdo—Dije incorporándome
—Ah..si—Responde a penada, mientras se sienta a mi lado.
Me volví acostar y sentí como me estaba empezando a quitar los tacones, algo que agradecí por que ya no los aguantaba.
—¿Te quedarías conmigo esta noche?—Dije
—Claro, solo mandare un mensaje a mi madre—Dijo buscando su celular.
No pensé que aceptaría, pero es bueno no quedarme solo, no se que haría si lo estuviera.
—¿Sabes?, es bueno verte sonreír—Hablo de repente.
—Siempre lo hago— Dije
—Estando con tu amiga, y son contadas—Dijo poniéndose de pie.
—¿Me estas acechando?—Respondí
—Un poco-asintió —En realidad mucho.
Sentí un ligero cosquilleo en las tripas ante su confección.
Mi boca se abrió en una gran O
El sueño se comenzó a apoderar de mi, cerré ligeramente los ojos hasta quedarme dormida
—Que bueno que no recordarás nada mañana—Fue lo último que escuché.
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