Familia

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Al escuchar ese nombre salir de los labios de mi madre sentí todo mi cuerpo tensarse, estaba congelada, mi cuerpo comenzó a temblar, suspire fuerte para no perder el control, para estar fuerte para ellos, trate de acercarme a ella y poder abrazarla, y decirle que todo estaría bien, pero lo único que hice fue quedarme ahí, sin saber qué hacer.

Ella se acercó, alce la mirada hacia ella y pude ver que sus ojos estaban irritados, brillosos, como si hubiera estado llorando. Mi lado protector salió sin avisar. Tome su rostro haciendo que me mirase.

—Todo va a estar bien—Dije, la abrace fuerte, ya había sufrido demasiado y lo que más odio era verla llorar.

—Quiero que tengan cuidado—dijo separándose de mi agarre, su mirada era de preocupación.

—¿Cómo es posible, que saliera tan rápido? —Pregunte, era irreal que él estuviera libre después de todo lo que hizo—Esto tiene que ser un mal chiste

—No encontraron las suficientes pruebas como para encerrarlo de por vida, unos cuantos millones bastaron para que el juez lo dejara en libertad— Dijo mi madre pasando sus manos por su rostro

—¡Esto es una mierda!, es un maldito narcotraficante, pasaron años buscándolo y ahora resulta que es inocente—cerré mis manos en un puño.

—La plata mueve montañas, hermanita—Dijo Aarón con obviedad

—No podemos quedarnos aquí—Dije tomando mi cabello para amarrarlo en un moño.

—No vale la pena huir- dijo mi madre— de todas formas, nos encontrará y nos hará regresar a su mundo.

—¡No si yo se lo permito!—Era la única que sabia como manejaba todos sus negocios, y toda esa información la usare para mantenerlos a salvo. —No hare nada malo, pero si nos iremos de esta casa, no pienso seguir posponiendo nuestras vidas solo por él.

Esto es una locura, desde pequeña supe que mi padre era un hombre poderoso, un maldito egocéntrico y narcisista que solo miraba por su bienestar sin importar a quien se llevara por delante, mi madre se enamoró de el sin saber a lo que realmente se dedicaba, cuando se enteró ya era demasiado tarde, ya había nacido Amaury, mi hermano mayor, ella trato de dejarlo pero le fue imposible, luego nací yo, su pequeña adoración, según el yo era su princesa la que iba a quedar al mando cuando el ya no estuviera. El veía algo en mí, que no vio en mis hermanos, Aarón solo era un año menor que yo, pensé que con el pasar los años opinaría diferente acerca de mi posición, pero no, su idea seguía firme.

Ya que esta libre le tomara su tiempo para recuperar todos sus negocios, mientras tanto pensare en una idea para mantener a salvo a mi familia. Tranquilice a mi madre diciéndole que todo va a estar bien. Subí a mi habitación y abrí mi laptop para revisar mi cuenta bancaria y hacer un poco de movimientos, Javier era astuto y de él se puede esperar cualquier cosa.

*Tocan la puerta*

— ¿Puedo pasar? —Se escuchó detrás de la puerta

—Pasa—Dije mientras cerraba mi computadora

—Podemos hablar—Dijo Aarón asomándose por la puerta

—Claro, ¿Qué pasa?—Dije preocupada, él no es de venir todo sumiso hacia mí, y eso me inquita un poco.

—¿Crees que papa, nos quiera hacer daño? — Hablo— No es que le tenga miedo o tal vez un poco, pero me preocupa mama y Amaury

Me alce de hombros.

—No te preocupes, él nos ama— Mentí

—Si nos ama tanto, porque venir y querer joder lo que tenemos, porque no entiende que no queremos su mundo de mierda—Dijo mirando al techo.

RESILENCIA (Lgbt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora