Alguien tan predecible

1.2K 108 1
                                    

Después de que papa se fuera, Aaron salió de la casa y Roger fue a recoger a mama al trabajo, mientras yo iba a devolver el auto de Valentina, y por más que pensé en una excusa, mi mente estaba en blanco. Estaba a punto de encender el motor cuando vi el auto de la rubia aparcarse detrás, respiré profundo antes de salí del auto, ella hizo lo mismo.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté en cuanto estuve en frente de ella

-Pensé que algo malo ocurría, Valentina me dijo que te habías llevado su auto- dijo, se escuchaba preocupada

-Tuve algo urgente que hacer- dije

- ¿Qué tan urgente fue? – dijo- puedo ayudar

-Nada que no pueda solucionar por mí misma, debo volver- dije molesta, me di la vuelta y ella tomo mi brazo para que me girara nuevamente

-Déjame llevarte- dijo, con su mano libre acomodo su cabello

-Gracias, pero yo puedo sola- dije

-Entonces te sigo- dijo

Al llegar a la casa de la Pelirrosa, no tenía ni idea de que decir, baje del auto y camine hacia la entrada, suspire profundo antes de tocar la puerta, al dar el 3 golpecito una mujer se dejó ver, me sorprendió el parecido que tenía con la rubia, supuse que se trataba de su madre, no pude decir nada, hasta que ella hablo.

-Hola- dijo moviendo su mano enfrente de mi- ¿se te ofrece algo? – pregunto con una sonrisa

-¡Hola! – balbucee, frote mis manos contra mi pastalón -Mi nombre es Jaime, busco a Valentina

- Oh, Jaime-dijo, tomo mi mano y me hizo pasar hacia el interior de la casa- Valentina me dijo que vendrías

-Si – admití con algo de timidez

-Ella está en su habitación, dijo que si venias te hiciera pasar a su habitación

-Oh, no es necesario, puedo esperarla aquí mismo- dije con nerviosismo

-Nada de eso, siéntete como en casa- dijo mientras se perdía por el pasillo sin soltar mi mano

-Mama-Escuche decir detrás de nosotras, nos detuvimos y era Emily

-Regresaste-dijo su madre, aun sin soltarme-pronto estará la cena, ve a lavarte las manos

No espero respuesta de su hija, cuando puso en marcha el camino hacia la habitación de Valentina.

Al pasillo al que entramos había 4 puertas, llegamos al final del pasillo, ella se detuvo enfrente de una

-Esta es su habitación, solo entra- dijo tomándome por los hombros, la señora era muy agradable y me recordaba mucho a su hija- pronto estará la cena comer, te quedas a cenar.

No fue una pregunta si no más bien una afirmación.

-No, no es necesario- dije sonrojada, el gruño de mi estomago me delato y ella solo sonrió

-Tranquila, para mí es un placer- dijo sonriendo y camino de regreso, dejándome ahí sola, sin saber qué hacer.

Si al primer toque no abre, me voy para mi casita, empuñe mi mano y di el golpe, no termine de retirar mi puño cuando la pelirrosa abrió la puerta.

- ¡Estas aquí! - dijo y tomo mi mano arrastrándome hacia su habitación

-Eso creo- dije

- ¿Todo está bien? - dijo preocupada- ¿Paso algo?

-Si si, todo está bien, lamento haberme llevado tu auto- dije angustiada

-Eso no importa, lo importante es que estés bien- dijo

- ¿No estas moletas? -dije temerosa, ella frunció el ceño

-Claro que no-dijo sonriendo

-Lo siento por arruinar nuestra salida

-Podemos dejarlo para después-dijo, simplemente asentí, el ambiente era raro y eso me asusto

-Debo irme-dije entregándoles las llaves del auto

-No- dijo con rapidez- quédate a cenar, Eliza no cocina nada mal

Sonreí antes ese comentario.

-No quiero incomodar-dije, la verdad si tenia mucha hambre, pero podría comer algo después

-Valentina, la cena esta lista- Dijo Eliza prácticamente gritando

-Ven-dijo la pelirrosa, coloco las llaves en la mesa y abrió la puerta- eres bienvenida, estarán encantados de conocerte

Y ahí estaba, sentada con los padres de Emily y Vale. Enfrente de mi estaba la rubia quien no se miraba tan contenta de estar aquí, en cambio los padres estaban eufóricos haciendo preguntas acerca de la escuela y en lo que hicieron en el día, eran una familia unida y sentí un poco de celos por eso.

-Y cuéntame, Jaime, ¿cómo se hicieron amigas tu y mi hija? -dijo el señor Smith

Amigas, amigas lo que quiere decir amigas no éramos.

-El musical nos unió- dije, y no era mentira, Emily solo jugaba con su comida, no había probado un bocado

-Así que ella es tu pareja, y ¿qué instrumento tocas? -Sonaba interesado

-La Guitarra-dije, tome un poco de refresco

-Interesante- dijo mientras llevaba ensalada a su boca, mastico y volvió a preguntar- ¿Ya tienen canción?

-Cariño, deja las preguntas para después-dijo Eliza

-Si, papa-dijo la pelirrosa, quien se había mantenido en silencio todo este tiempo

El solo sonrió- Lo siento, es que Valentina no suele traer a sus amistades, y es agradable que tenga una

-Papa- dijo Valentina indignada

-No me molesta- dije sonriendo

Valentina no mentía al decir que Eliza no cocinaba nada mal, tenia ganas de pedir otra ronda, pero me contuve por pena.

-Emily no has comido nada-dijo el señor Smith, no sonaba molesto al contrario sonaba preocupado

-No tengo hambre- se limitó al responder

-Cariño debes de comer-hablo su madre, tomando su mano

-Esta bien-dijo con tranquilidad y comenzó a comer, aunque se notaba que no quería

Mire la hora en mi reloj y ya eran pasadas las 8, seguro mi madre debe de estar preocupada, Roger ya la haber puesto al tanto sobre lo ocurrido esta tarde.

-Debo irme-Anuncie, me puse de pie- Muchas gracias por la comida, estaba rica, me encantaría quedarme más tiempo, pero se me hace tarde

-Oh es lamentable-dijo Eliza- espero que volvamos a verte pronto

-Si, nos encantaría-dijo el Señor Smith

-Yo te llevo-dijo con rapidez la rubia, todos voltearon a verla- es muy noche para que andes tu sola

-No, no, tranquila puedo tomar un taxis-dije negando

-Deja que te lleve-dijo Eliza con una sonrisa- nos sentiremos mas tranquilo si Emily te lleva

Valentina solo observaba con sorpresa el ofrecimiento de su hermanastra, supongo que no dijo nada por la presencia de su padre, aunque yo tampoco me pude negar, no podría decir por que no quiero que la rubia me lleve, pero eso significaría mas pregunta, y la verdad me sentía un poco cansada.

Camine hacia la salida junto con ellas dos.

-Me avisas, cuando estés en casa-dijo la pelirrosa- me fuera encantado ser yo la que te llevara

La rubia camino hacia su coche, dándonos chance de despedirnos.

-Tranquila- dije colocando mi mano en su hombro y le sonreí- será en otra ocasión

-Llévala con cuidado-dijo Vale a la rubia, señalándola

Ella solamente asintió.

RESILENCIA (Lgbt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora