Por un momento, olvido mi realidad.

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Sofía estaba más que encantada de que su pareja fuera Austin, definitivamente Dios tiene sus favoritos.Luego de regresar del instituto mama estaba en la sala, pensé que era la oportunidad de hablar acerca de mudarnos.

—Mama, encontré un lugar donde podremos quedarnos-Dije sentándome a su lado, suspiro y me dio una media sonrisa

—No vale la pena irnos—Se acomodó para quedar en frente de mi-Tu padre está en la ciudad

— ¿Cómo sabes eso?, ¿te contacto?, ¿qué tan cerca está de nosotros?

—Se está quedando en un hotel, Roger me lo dijo esta mañana

—Eso quiere decir... que estará pronto con nosotros—Dije más para mí

—Jaime, eres muy joven, tu deberías de estar disfrutando de tu juventud, tus estudios — Tomo mis manos—Yo resolveré esto, lo prometo, lo hare por ti, por Amaury y por el pequeño de Aarón

—Pero...—El nudo de mi garganta apareció y realmente no quería mostrarme débil, odio eso, pero ella me interrumpió

—Nada de, pero, déjame esto a mí, ¿Sí?

Asentí, le di una sonrisa y en eso el timbre sonó

—¿Esperas a alguien? — Pregunte, ella negó

Me levante y me dirigí hacia la puerta, al abrirla me quede helada

—Hey —Dijo sonriendo

—¿Qué haces aquí? —Pregunté sorprendida, no fui grosera

—Tenemos trabajo, ¿Recuerdas? — esa sonrisa, no sé por qué estaba tan feliz de verla, hoy en la salida cuando fui a mi casillero, estaba la respuesta, y aunque me decepciono saber que no le gustaba Harry Potter, me pareció tierno que haya dicho que se la vería por mí.

—Si, pero no hemos quedado—Rodo sus ojos y volvió a sonreír, y ahí estaba esa maldita sonrisa, ay no, que estoy pensando.

—No es necesario, ¿me dejaras entrar? — Emboce una sonrisa sin mostrar los dientes, hice reverencia para que pasara, obedeció

—¿Quién era? —Pregunto mi madre

—Hola, señora Isabela—Dijo la rubia

—Hola, Emily—Dijo mama con una sonrisa, al parecer le había agradado la rubia

—Estaremos en mi cuarto, haciendo un trabajo—dije, subimos a mi habitación, esta vez sí estaba ordenada

La rubia se acomodó, saco sus apuntes y yo hice lo mismo, realmente íbamos a trabajar, no sé por qué anhelaba que fuera algo más que eso. Había pasado una hora y seguíamos concentrada

A veces me la encontraba observándome y eso me ponía nerviosa.

—¿Tienes tijeras? —Pregunto de repente

—Si— Dije con los ojos entre cerrados

—Puedes prestármela

—Claro —me levanté y me dirigí al baño, al regresar con las tijeras, la rubia ya había guardado sus cosas y también las mías

—Toma. — Se las extendí —Para que las quieres

—Ven, siéntate —tomo mis manos y me obligo a sentarme en la cama

—Que harás? — pregunte asustada

—Tu fleco, esta largo y no me permite ver tus ojos—Es cierto lo tenía largo, pero no me incomodaba- solo recortare las puntas

—No, no, no eso mismo dicen las estilistas y me terminan dejando pelona— Ella sonrió divertida

—Vamos, prometo dejarlo bien—Se sentó ahorcajada de mí, y no pude evitar tensarme, mis mejillas comenzaron a arder, tomo mi cabello y comenzó a medir con sus dedos, sentí sus yemas rosar mi rostro y un escalofrío recorrió mi cuerpo, yo no podía decir ni hacer nada, creo que en ese momento deje de respirar, podía observarla a mi antojo, ella estaba tan concentrada en lo que hacía, sus ojos celestes me miraban con profundidad, todo estaba en silencio, solo éramos ella y yo, conté cada una de sus pestañas, un mechón de su cabello caía en su rostro, y con temor lo aparte, trate de hacerlo con delicadeza.

RESILENCIA (Lgbt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora