RESILENCIA (Lgbt)

Como nos conocimos.

Pasamos un largo rato tratando de identificar hacia dónde ir, por suerte la pelirrosa había traído algunas galletas y refrescó, es mejor pensar con el estómago lleno. Pronto iba oscurecer, tenía la esperanza de que los chicos nos estuvieran buscando, mis pies me dolían de tanto caminar, la pelirrosa se veía cansada y siento que ya he pasado más de 10 veces por ese árbol.

- ¿Crees que salgan monstruos? – pregunto, acomodando su mochila

-Claro que si – dije vacilando, abrió sus ojos asustada y no me pude contener la risa, su nariz se arrugo

-Me estas tomando el pelo- dijo indignada

-Lo siento, debiste de ver tu cara –dije entre risas

-Li sinti, dibiti, di vir ti ciri- dijo imitándome

-Ya, enserio, comienza a recordar por donde es que venimos, porque creo que hemos pasado más de 20 veces por este lugar- dije, mientras veía a ambos lados

-Pensé que solo yo lo había notado- dijo mientras caminábamos

-Y hasta ahora lo dices - dije con una sonrisa sarcástica

-Oye –dijo, hice un sonido para que continuara- Lo siento por lo de noche

- ¿Lo de anoche? - dije frunciendo el ceño, corte un poco de hojas y las coloque detrás de un árbol, solo para asegurarme de que no hayamos pasado ya por aquí

-Cuando apareciste con Emily y te vi lastimada –dijo deteniéndose, tomo un suspiro – realmente pensé que te había hecho algo malo

-Por qué creíste eso?

-No lo sé, es alguien que apenas conozco – dijo escogiéndose de hombros – no sé qué tipo de persona sea

-Creo que es una buena persona- solté

-Recién la conoces, ¿Cómo sabes que lo es? - dijo mientras continuábamos caminado

-Tengo buena intuición con las personas –dije restándole importancia

-Papa dice que tengo que ser amable con ella. Siempre me recuerda que la ha pasado mal- dijo, pensé en preguntar más acerca de eso, pero sería como violentar la privacidad de la rubia

-Es lindo de su parte- dije por lo tanto y no podía evitar pensar en todo lo malo que le habrá ocurrido, como para venirse a vivir aquí, a este lugar que ni siquiera es agradable.

-Sí, lo es- dijo

-Oye-dije- ¿te puedo hacer una pregunta?

-Ya me hiciste una – dijo

-Aparte de esta- dije y ella asistió- ¿Por qué me has odiado? – tenía que preguntarlo, no podía hablar con ella de lo más normal, después de todo.

-Dios, nunca te he odiado- dijo frunciendo el ceño

-A ver, explícame eso- dije, tome su mano y le indique que se sentara

-Te puede parecer tonto lo que te voy a decir- dijo con una sonrisa apenada- pero siempre he tratado de ser tu amiga

Solté una carcajada.

- ¿Me estas tomando el pelo? -dije aun entre risa, pero en su rostro no parecía ser una broma

-No lo hago, te digo la verdad

-Siempre me has tratado mal, aunque siempre ha sido mutuo

-Lo siento, no soy buena para hacer amigos- dijo mientras jugaba con la liga de mi muñeca- siempre son ellos los que quieren mi amistad, pero tú nunca hiciste nada para ser mi amiga, así que me tocó a mí, de una u otra forma tenía que acercarme