Locos todos.

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Habíamos decidido reunirnos en la piscina, el calor aquí era insoportable. Sergio y Daniela, ya se habían instalado en sus habitaciones. Sergio desde que vino se la a pasado coqueteando con la rubia, de ves en cuando le habla con ese acento, que ni bonito es, se ve patético, aunque ella solo lo trata con amabilidad, creo que es demasiada amabilidad.

Me había adelantado en llegar antes, por que no tenia mucho que hacer. Encontré un libro que hace tiempo me había querido leer, así que eso estaba haciendo, hasta que unas voces me interrumpieron, Sergio y Emily, venían hablando animadamente, no les preste atención y mi vista seguía en la lectura, inconsciente, los comencé a ver de reojos y era inevitable no prestar atención a lo que decían, hablaban demasiado fuerte.

—Déjame, enseñarte a nadar—dijo Sergio con una sonrisa

—No se aprende a nadar de un día para otro—dijo ella, no muy convencida por la propuesta

Ahora que lo recuerdo, la vez que estuvimos en el lago, ella se quedo en la orilla, bueno, aunque tampoco era tan profundo, pero porque no lo habia comentado antes. El siguió insistiendo, persuadiéndola de que era un experto, un pequeño suspiro se me escapo.

—¿Qué haces? —pregunto Sofia sentándose a mi lado

—Que nada, que se supone que haga —dije abriendo nuevamente el libro que sin saberlo lo habia cerrado—estoy leyendo—dije mostrándoselo.

—Mmmm—dijo con media sonrisa— si no te conociera, diría que estabas husmeando en la conversación de esos dos

—Que—dije soltando una risita nerviosa—no me interesan

Ella no pareció convencida, busqué la pagina donde me habia quedado, volví a centrarme en la lectura. Sofia se quedó a mi lado observando su celular, tomé un poco de jugo de mi vaso y fugazmente volví a verlos.

—Esta bien—dijo la rubia, finalmente convencida por él.

—No te arrepentirás—dijo el, sonriéndole, como en cámara lenta se quito su playera, dejando ver un abdomen perfectamente tonificado se extendía debajo de ellos, una serie de abdominales definidos que parecían trazados con un compás. Con una sonrisa confiada, él dejó caer la playera al suelo, dejando al descubierto su impresionante figura. Donde estaba el niño que yo habia conocido, porque no lo traen de regreso y se llevan a ese seductor de aquí. Aunque Emily no pareció sorprenderse, como el esperaba, eso me dio un poco de satisfacción.

No me habia dando cuenta, de que habia puesto el libro en la mesa, tenia mis brazos cruzados y me arre coste más en el asiento, viéndolos.

—Espera, no me vayas a soltar—dijo ella, el sostenía su cintura.

—Estas viendo eso—pregunte a Sofia

—No estoy ciega—dijo viéndolos—Sergio se carga un cuerpazo, esos tatuajes le quedan a la perfección

—No digas bobadas—dije—no tiene nada de atractivo

—¿Estas molesta, por algo en específico? —pregunto reprimiendo una sonrisa

—Molesta yo?, para nada—dije, volví a tomar el libro

El, no paraba de sonreír, creo que eso era lo que me molestaba.

—No te desesperes, cuando ya no sientas el piso—dijo el—cualquier cosa, aquí estoy yo

—Ahhh—emití un sonido silencioso, mientras tocaba mi sien— Oh, qué genial, ¿no? Parece que tienes un nuevo mejor amigo de repente

—Suelta eso que estas reprimiendo—dijo Sofia con la vista en su celular, la observe con el ceño fruncido.

—No reprimo nada—dije— ¿Dónde están los demás?

RESILENCIA (Lgbt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora