El transporte blindado sobrevolaba el oscuro cielo del mundo de Sorten, un planeta ubicado en el único sistema binario de ese sector. Debido a esa particularidad era un planeta increíblemente caluroso todo el año, además de eso, su atmosfera era también bastante densa y estaba cargada de partículas de roca y gases producto de los enormes complejos mineros que se extendían en la superficie y también bajo ella, por lo que solo respirar en ese planeta se sentía pesado y agobiante.
La nave continuaría su vuelo pasando por sobre las minas hasta posarse sobre una plataforma de aterrizaje custodiada por cuatro torretas pesadas y un buen puñado de hombres armados. La rampa descendería y del transporte saldrían 23 hombres y una única mujer encadenados en dos filas. La cadena recorría los tobillos de cada uno de ellos además de tener las manos igualmente encadenadas tras la espalda de forma independiente. En cuanto pusieron los pies en el suelo todos sintieron el brusco cambio en la temperatura, algunos sentían que la garganta les daba comezón cada vez que respiraban, otros sentían los ojos llenos de tierra producto de toda la suciedad que arrastraba el viento y que les entraba en los ojos y las fosas nasales. Los escoltas no tenían esa dificultad pues todos portaban máscaras y respiradores que cubrían por completo el rostro, los encadenados, por otra parte, tendrían que lidiar con eso. Escoltados por los gendarmes los 24 fueron llevados al interior del enorme complejo que tenían delante, pasando por largos y mal iluminados pasillos hasta una amplia habitación donde fueron puestos en fila. Uno a uno los guardias liberaban las cadenas de los prisioneros, los desvestían por completo y se les revisaba de pies a cabeza y hasta el último rincón, luego les ponían un overol color negro de cuerpo completo y un extraño collarín para luego ser encadenados de nuevo. Cuando llegó el turno de Kursed pudo sentir como todas las miradas se posaban sobre ella, no solo las de los demás reos, sino también las de los guardias. Pasha se había opuesto a que Kursed fuera a quien enviaran a ese lugar, precisamente porque estaba al tanto del trato que recibían los prisioneros, pero ella misma fue quien se ofreció, no imaginó que la harían pasar por esto, pero estaba empeñada en hallar a la liebre si eso le permitía adquirir información, incluso si eso significaba dejarse encarcelar.
Sorten no solo era un mundo minero, también era un mundo prisión, un planeta entero dedicado a mantener encarcelados a piratas, mercenarios, contrabandistas y otra escoria similar. Cuando un desafortunado caía en este mundo se le establecía una "fecha de terminación", pasaría aquí el resto de su vida útil trabajando en las minas hasta que llegaba la fecha establecida y entonces se le ponía fin a su existencia sin más. Kursed aún era joven, o eso estimó el encargado de fijar aquellas fechas, y también parecía estar en buena forma, por lo que su terminación se fijó para dentro de 30 años.
Otra razón por la que fue Kursed quien se ofreció era por el renombre que tenía entre la autoridad policial, garantizando que, de ser atrapada, seria enviada a este sistema sin atisbo de duda. El bloque al que sería enviada era exclusivo para mercenarios, por lo que tendría más posibilidades de hallar a la liebre.
Luego de todo el proceso de ingreso, que debe haber tomado unos 20 o 30 minutos, Kursed fue llevada a su celda, un cubículo de unos 2 metros cuadrados y otros 2 metros de alto, la cama era una repisa que colgaba del muro a medio metro del suelo y en una esquina en el suelo había un agujero que cumplía la función de baño, eso, el foco que colgaba del techo que iluminada el lugar y la diminuta cámara de vigilancia era todo de lo que disponía cada preso en su celda.
Kursed: (Al menos podrían darme papel higiénico, no es como que lo valla a usar para colgarme)
La diminuta ventanilla que había en la puerta reforzada le permitía ver hacia el exterior de la celda, pero afuera solo había un pasillo interminable repleto de otras celdas. Kursed estuvo sentada en el suelo quien sabe cuántas horas hasta que un golpeteo en la puerta la tomó por sorpresa, la pequeña compuerta que había bajo la ventana se abrió y por ella se deslizó una botella con un líquido amarillento pálido, el mismo suplemento que había encontrado en la luna boscosa, supuso que sería la hora del "almuerzo" para los prisioneros. Otro puñado de horas pasarían y de pronto las luces de todas las celdas se apagarían dejando el lugar en semi penumbras. Ese era el indicativo de que afuera ya era de noche y que era hora de dormir. Sin embargo, dormir fue lo que menos haría, pues como en incontables ocasiones anteriores, las pesadillas la mantendrían despierta.
ESTÁS LEYENDO
Kursed: Una historia de Star Fox
FanfictionEsta historia intenta ser una continuación del final "Star Wolf Returns" de Star Fox Command ¿A quien cresta pudo haberle gustado Command? Yo me pregunto lo mismo, pero si e de admitir que algunos de sus finales tienen bastante potencial. Kursed nun...