Capítulo 11

27 3 0
                                    

A Kursed le costó abrir los ojos y más aún levantarse de la cama, el dolor de cabeza producto de la resaca no se parecía a ninguno que hubiese tenido antes. Al levantar la cabeza de la almohada fue como si todo el mundo empezase a dar vueltas, ahora empezaba a arrepentirse de haber bebido tanto anoche, tenía una reunión acordada con Arpechio para hoy y ella apenas estaba en condiciones, además de que ni siquiera sabía qué hora era, podía estar varias horas tarde o aún podía ser de madrugada. Luego de ponerse de pie y de tropezar con las botellas de licor que había junto a la cama se dirigió hacia la ventana, cuando abrió la cortina para comprobar si era de día o de noche la luz del sol la golpeo como si le clavasen agujas en los ojos. Si era el primer ciclo, entonces apenas había dormido un par de horas, si era el segundo entonces ya debía ser mediodía y había dormido de más. Tras comprobar la hora se alivió al ver que aún faltaban algunas horas para su reunión con el lince, por lo que podría usar ese tiempo para tratar de verse más presentable.

Una vez en el baño, al mirarse en el espejo se percató de lo realmente fatal que se veía. Pese a haber dormido de forma ininterrumpida tenía unas ojeras que la hacían parecer más un mapache que un zorro, su cabello estaba sumamente enredado y el aliento le apestaba terrible a alcohol. Pese a que ya había tomado un baño bastante largo el día de ayer, decidió entrar nuevamente en la ducha en un intento por aliviar su jaqueca y quitarse el olor a licor.

Las horas pasaron y pronto llegó el momento de reunirse con Arpechio en la estación 043. Dado que ya no tenía nave tuvo que recurrir a métodos externos para llegar hasta la estación, por suerte para ella, había múltiples pilotos que estaban dispuestos a llevarla hasta allá, aunque por la distancia entre Restik y 040 la tarifa no sería nada barata. Eran hombres conocidos por operar a lo largo de amplios sectores y manejarse en un sinfín de rutas distintas, conocían cada rincón y podían llegar hasta donde quisiera el cliente. Suena bastante increíble si se lo presenta de esa forma, sonaba muy aburrido si les decían taxis. Era mejor que Arpechio no supiese que ella pertenecía al cartel de Pasha, esa clase de detalles no eran de su incumbencia, además de no ser relevantes para lo que la había contratado. Desconocía si eso podía ser perjudicial o no, pese a la mesura existente entre Arpechio y Pasha, el juego sucio seguía estando presente, y no era buena idea que el lince se enterara que ella era parte de la competencia.

Un par de horas de vieja y Kursed ya estaba sentada frente al gran escritorio de Arpechio. Su mirada estaba calma, no podía decir si realmente el lince estaba enojado o molesto por su tan prolongada ausencia.

Arpechio: Rain me puso al tanto de tu situación. Me dijo que fuiste emboscada y capturada por piratas ¿Cómo lograste escapar?

Kursed: En una capsula de escape.

Arpechio: Entonces debo asumir que perdiste la nave que te entregué.

Ella solo asintió con la cabeza, omitió la parte de los reptiles y la luna para que no preguntara precisamente en que nave salió de ahí. Además, no tenía ganas de traer de vuelta a su mente algo relacionado con la luna o lo que vivió ahí. Ya le costaba bastante concentrarse con el dolor de cabeza.

Arpechio: No saco nada con recriminar algo, fue una situación que escapaba a tu control, además, ya te pagué una buena cantidad, pero que sepas que te descontare esa nave del resto de la paga, así como todo el material que pierdas de ahora en adelante. Rain ¿Qué valor tenía esa nave?

Rain: Ehh... un millón setecientos cincuenta mil, señor.

La yegua hablaría desde una de las esquinas del escritorio, sentada en una posición encogida por los nervios. Casi dos millones perdidos así de improvisto, al menos seguía trabajando para el lince, por lo que aun podía ganar el resto. Aun con todo, Arpechio accedería a proporcionarle más material a Kursed, por lo que luego de acabar la reunión se dirigiría nuevamente al hangar y tomaría otra nave del mismo modelo, seguía confiando en las capacidades de esa nave. Algo bueno había salido de esa reunión, mientras despegaba recibió un mensaje de los hombres de Pasha, ya habían transferido los cinco millones que recibió al principio y ahora estaban disponibles en sus múltiples cuentas bancarias para su empleo de ser necesario. Ahora debía pasar al siguiente asunto, la operación que estaba planeando el oso para sacar a la liebre de la cárcel donde estaba, pese a que no tenía ninguna certeza, si esa liebre podía darle información sobre su objetivo, por mínima que sea, le bastaba como para correr el riesgo que significa lo que querían intentar. Tal como la primera vez, tras abandonar la estación Rain se puso en contacto con Kursed.

Kursed: Si te soy honesta, creí que Arpechio estaría molesto.

Rain: Y lo estaba, apenas te fuiste destrozó la habitación, por un momento creí que me arrojaría por el ducto de basura... como la última vez.

Kursed: Bien, como sea ya se para que me llamas, tengo otro posible informante, me reuniré con él pero tomara tiempo, y no puedo afirmar que me pueda dar más información.

Rain: De acuerdo, solo recuerda lo que dijo el señor Linchioni por favor, soy yo la que ahora tiene que limpiar este desastre.

Kursed fijó rumbo de vuelta a Restik, debía reunirse con Pasha para ponerse al tanto de la operación que estaban planeando para sacar a la liebre de prisión, sabía que el plan consistía en infiltrar a alguien en la prisión y así poder hacer todo desde adentro, ese alguien iba a ser ella, pero aun necesitaba más detalles. Luego fijar el rumbo y de poner la nave en piloto automático Kursed se acomodaría en el asiento y trataría de dormir para tratar de recuperarse de los rastros que aún quedaban de la resaca.

Kursed: Una historia de Star FoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora