GRACE
No recuerdo estar tan nerviosa por mi atuendo desde el baile de graduación de la preparatoria y en ese entonces sentía que tenía el mundo en mis manos. Ahora, en cambio, siento que si me pongo cualquier cosa de mi armario, la gente se reirá de mí y me señalará con el dedo. ¿Cuándo perdí toda esa confianza? ¿Cuándo dejé que el mundo me atemorizara y me volviera pequeña?
Mientras miro mi armario, busco una excusa para soltarle a Tony y no tener que ir al bar latino. No me siento preparada para tanta exposición, para que mis compañeros me vean como algo más que un ratón de biblioteca. Tampoco me apetece volver a ser la misma de antes, la fiestera, y sé que una única salida no me transformará, pero, vamos, la última vez que fui a un bar terminé con un desconocido entre las piernas. El desconocido que, casualmente, es la misma persona que me convenció para asistir.
Me digo que puedo lidiar con el atuendo más tarde y dedico unos minutos en aumentar mi autoestima de otra manera. Me preparo una rutina de skincare y ondeo mi cabello hasta que quedo conforme con el resultado. Ignoro el hecho de que las ondas me brindan un recuerdo lejano de mi adolescencia, de cuando participaba en todos esos absurdos concursos de belleza a los que mi madre me inscribía. Si hubiese perdido alguno, quizás, me hubiese dejado en paz. Pero no lo hice y creo que mi madre atesora cada corona y certificado con más amor que mis fotografías de la infancia.
El sonido del timbre me obliga a apartar la mirada de mi reflejo y de los recuerdos que trae consigo. No espero a nadie esta noche y, de nuevo, el temor de que Oliver se pasee por aquí se acentúa. No sabría qué hacer si apareciera, es probable que aceptara volver a ser su novia solo para sentir que tengo a quien acudir una noche de sábado.
Pero no es mi ex quien espera del otro lado de la puerta, es Tony y verlo me llena de asombro.
—¿Qué haces aquí? —suelto con completa confusión haciéndome a un lado para que pueda entrar—. El trato era que yo pasaría por ti.
—Estaba preparándome y algo me decía que ibas a fallar a tu palabra. —Se detiene en la sala y gira hacia mí—. Vine para asegurarme de que sí irás al bar esta noche.
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De un encuentro y otros cuentos
RomanceTony nunca ha dudado de quién es y de su lugar en el mundo. Le encanta ser profesor, las letras lo inspiran, el fútbol profesional no es para él y nunca jamás cometerá la idiotez de enamorarse. Grace no tiene idea de qué está haciendo. Sus relacion...