Capítulo 26

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GRACE

El tiempo pasa volando cuando se está hasta la coronilla de trabajo y pierdes completo control de tu vida. He hecho más horas extras estas dos semanas de las que hice todo el año pasado. Me despierto pensando en libros y actividades, me voy a dormir y sueño con autores y sus representantes que ignoran mis llamadas y correos.

Estoy estresada, cansada, con un humor de perros y mi inútil súper poder, como lo llama Tony, ha vuelto a aparecer. Al menos una vez al día desde que empezó esta semana termino arrodillada frente al inodoro soltando todo lo que comí. Me sentiría miserable si no fuera porque Tony está igual que yo, sin lo vómitos, claro. Somos infelices juntos.

—No, no, no, no —digo con más volumen del necesario—. Esos dos autores no pueden estar juntos en la programación. Se odian, se despedazarían frente a los alumnos. Estoy segura que ya te lo he dicho más de una vez.

—¿Dónde está tu espíritu romántico? es probable que así arreglen sus diferencias.

—Sus agentes fueron muy específicos. O los ponemos separados, o no vienen.

—¡Pero tendré que cambiar todo! —se queja Tony—. Se divorciaron, gran cosa. Que lo superen como el resto de la población.

—Si tan solo me escucharas cuando te hablo, no tendrías que rehacer tu trabajo —murmuro no muy bajo porque quiero que me oiga.

—Oye, no seas una perra. Yo no te echo en cara tus errores.

—¿Mis errores? —pregunto con sorpresa e indignación.

—Sí, como olvidarte de mandarle al agente de Tyler la propuesta antes de la fecha límite. Si no fuera porque él y yo somos amigos, no vendría a la feria y perderíamos a uno de nuestros escritores estrella.

Gruño en señal de molestia y él hace lo mismo. No mentía con el humor de perros.

—Eres un grano en el trasero, Tony.

—Mejor no te digo lo que pienso de ti, Grace.

Nos quedamos en completo silencio, sin mirarnos, sin movernos, casi sin respirar, siendo víctimas del estrés y de la irritabilidad.

De un encuentro y otros cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora