TONY
La comida mexicana es estupenda, podría comerla sin parar todos los días y no me arrepentiría por las calorías de más. Los sabores, las texturas, el picante... Cielo santo, quiero aprender a cocinar cada plato y acompañarlo con una buena cerveza como estoy haciendo en este momento. Me siento en el paraíso culinario y no me interesa la gente que baila en la pequeña pista de baile, ni la banda que toca música animada y nos invita a unirnos. Hoy podría comer sin cesar hasta que me echen del restaurante.
—Estoy a punto de tener un orgasmo —murmuro cerrando los ojos y saboreando el guacamole.
—Elegante.
Miro a Grace por el rabillo del ojo y noto que sonríe a pesar de su tono arrogante. Ella, a comparación de mí, con suerte ha probado bocado. Se pidió una ensalada que estaba buenísima, lo sé porque la obligué a que me dejara probar un poquito, y una jarra de limonada que compartió con Gloria. Sin embargo, la mitad de su comida sigue en el plato y no ha aceptado cada uno de los bocadillos que le he ofrecido.
—En serio, tienes que probar esto, Grace.
—Estoy un poco mal del estómago —miente.
—Sí, a mí también me sucede a veces. ¿Sabes qué hago?
Niega con la cabeza como respuesta y sonríe por lo que supongo que ya sabe que diré alguna idiotez. Hemos pasado mucho tiempo juntos, maldición. Ya puede prever mis respuestas y eso es un poco aterrador, por no decir muy. No aterrador en el mal sentido, pero sí supone que hemos creado alguna clase de relación que ninguno de los dos tenía prevista. Y estoy convencido de que no me estaría sonriendo tanto si no fuera porque las luces son bajas y apenas puedo verla a pesar de estar a mi lado. La oscuridad le confiere un poco de privacidad, supongo.
—Como y luego voy al baño. Repito el proceso hasta que mi estómago tiene que acostumbrarse a la nueva realidad y hacerse fuerte.
—Eres un mentiroso —me acusa—, comes mejor que muchas personas que conozco y créeme que he conocido a unos cuantos obsesionados con las calorías.
—Y por eso es que me permito darme algunos gustos. Toma como ejemplo estos tacos, ¿segura que no quieres probarlos?
—Segura.
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De un encuentro y otros cuentos
RomanceTony nunca ha dudado de quién es y de su lugar en el mundo. Le encanta ser profesor, las letras lo inspiran, el fútbol profesional no es para él y nunca jamás cometerá la idiotez de enamorarse. Grace no tiene idea de qué está haciendo. Sus relacion...