TONY
Un frente unido es lo ideal para librar una guerra o eso dicen los que saben de estrategia. Se supone que hay que tener la moral alta, confiar en el destino y morir en la gloria de saber que has hecho todo lo que estaba a tu alcance para cumplir un objetivo mayor.
Me gusta pensarme como un guerrero, lo hacía mucho con mis compañeros de fútbol americano y el trabajo en equipo siempre fue más importante que lucirme solo. Hoy mi equipo está compuesto por solo dos personas: Grace y yo. Es poco, pero somos más que el equipo contrario que está conformado únicamente por la directora Castillo. Diría que tenemos las de ganar, aunque no es así.
Hemos acordado encontrarnos en el jardín para almorzar tranquilos y, sobre todo, para discutir lo que debemos hacer en caso de que la verdad salga a la luz. Yo ya he llegado a nuestro lugar de encuentro y siento que la estatua del narigón me juzga. Puedo imaginarlo quejándose del uso que Grace y yo le hemos dado a su institución tan prestigiosa. «Usar la biblioteca para tener sexo» diría con enojo de estar vivo y con una mirada de desilusión total. «A esto ha llegado la educación de hoy».
Lo ignoro, así como también ignoro la necesidad de taparlo, y acomodo la comida que he traído para el almuerzo. La moral tiene que estar alta y qué mejor manera de lograrlo que con buena comida.
Anoche hablé con mi padre del asunto, omitiendo gran parte; tan solo le dije que estaba en un aprieto por acostarme con una chica y él, riendo, me recordó lo que mi nonna solía decir. «No hay nada que se vea tan horrible o suene tan espantoso luego de una buena comida». También me dio otros consejos, entre ellos algunos legales y me hizo sentir mucho mejor.
Cuando Grace llega al punto de encuentro, unos pocos minutos después de mí, una expresión de sorpresa se apodera de sus facciones al ver el banquete que he preparado. Le sonrío y la invito a sentarse con un gesto como si estuviéramos en una fiesta y no en la víspera de nuestros posibles despidos.
—¿Qué estamos celebrando? —pregunta con duda e imagino que debe estar pensando que perdí la cabeza.
—Es como una última cena. Sube la moral —le explico—. Anoche no pude dormir y me pareció una buena idea tener el estómago lleno y contento.
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De un encuentro y otros cuentos
RomanceTony nunca ha dudado de quién es y de su lugar en el mundo. Le encanta ser profesor, las letras lo inspiran, el fútbol profesional no es para él y nunca jamás cometerá la idiotez de enamorarse. Grace no tiene idea de qué está haciendo. Sus relacion...