Capitulo 8

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—¿Recuérdame cuál es el propósito de esto?

Enid tararea mientras ella también mira el pequeño sobre que recibieron anoche.

—¿Para ayudar a Jericho a pensar que los marginados no son tan malos como creen que son?

Wednesday la mira fijamente

—Tú también eres un paria

Enid se encoge de hombros.

—Tal vez.

Wednesday resopla.

Después de la Copa Poe, ambas chicas se han acercado un poco más. Ahora es habitual encontrarse hablando constantemente de todo y de nada.

Wednesday ha descubierto que Enid tiene un perverso sentido del humor y que fácilmente puede bromear con cualquier cosa que Wednesday le arroje.

Esa es la razón por la que la respuesta de Enid de ahora no la satisface.

—¿Tal vez?

Enid mira hacia otro lado y, no por primera vez, Wednesday puede sentir una especie de tristeza proveniente de ella. Tal vez eso se deba a la incapacidad de Enid para enloquecer, como lo llaman.

—Estás aquí, ¿no es así?— murmura la rubia. —Tú también eres un paria, pero también eres normal

Wednesday parpadea.

Bien.

Nadie sabe que tiene visiones.

Al menos nadie más que su familia y Weems.

Extrañamente, no cree que decirle a Enid sea una mala idea.

—No del todo—, confiesa Wednesday mientras deja el sobre para terminar de anudarse la corbata. Ella resopla, la estúpida corbata tampoco cooperará hoy.

Enid suspira y se acerca a ella, su propia nota olvidada en su cama.

—Dame

Wednesday resopla una vez más, pero deshace su patético nudo y se quita la corbata del cuello. Se lo entrega a Enid.

La otra chica pasa la corbata de Wednesday sobre la suya, ya inmaculada. Con la facilidad de la práctica, lo anuda correctamente antes de aflojarlo lo suficiente como para quitárselo de la cabeza.

—Toma—, le presenta a Wednesday la corbata anudada.

Wednesday lo toma, con cuidado de no tocar la mano de Enid.

—Te lo agradezco.

Wednesday se desliza fácilmente y lo ajusta cómodamente contra su cuello.

Lazos estúpidos. Es capaz de anudar cuerdas de izquierda a derecha en más de mil nudos diferentes y, sin embargo, siempre lucha con ataduras estúpidas.

Si tuviera que anudarse una soga, no tendría tantos problemas.

Enid le hace señas para que se vaya. Su compañera de cuarto la ha visto luchar demasiadas veces y cada vez que Thing no está cerca para ayudar a Wednesday, fácilmente se ofrece a hacerlo por ella.

—Vamos—, dice Enid una vez que Wednesday está lista. —Los autobuses salen en quince minutos y no quiero viajar al frente

Wednesday se queja

—No quiero pasar el día perdiendo el tiempo

Enid pone los ojos en blanco.

—Tienes el Montón de Uriah. Eso está justo en tu callejón

—¿Oh?

—Está lleno de animales muertos en la carretera

Miércoles casi sonríe.

Hyde The PainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora