Capítulo 26

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Hay momentos de euforia donde un simple razonamiento lógico no tiene lugar, momentos en que somos presa de lo que nuestros cuerpos nos dictan, cuando la adrenalina nos sumerge para volver a hacernos subir, donde la emoción y expectación simplemente se sienten. Volkov lo sabía muy bien, cada vez que estaba en la cancha y la pelota traspasaba el arco a su favor podía sentirla atravesando su piel.

Corrió tras el balón con determinación, el sudor bajaba por su frente mientras sentía como el sol se imponía majestuoso en el cielo, a pesar de que el invierno casi tocaba la puerta, este resplandecía mezclado con la humedad del ambiente haciendo que todo fuese más pesado. Atravesó los pocos metros que lo separaban de la pelota sintiendo como sus músculos ardían por el esfuerzo, necesitaban conseguir el balón y empatar antes de que finalizara el primer tiempo, si permitían que el resultado se mantuviera cuando el juez diera por finalizados los primeros cuarenta y cinco minutos iba a ser más difícil remontar.

Levantó la cabeza observando su entorno, tenía dos jugadores del equipo contrario justo en su punto de mira, más allá de ellos, sus compañeros comenzaban a acercarse. Podía escuchar el bullicio de la tribuna detrás de él, los gritos ensordecedores de canticos que seguían el ritmo de la percusión, la voz de su entrenador que lo instaba a continuar, a acelerar sin detenerse, el césped chocando contra sus botines y la sensación de la pelota entre sus pies. Aceleró en cuanto los rivales se encimaron sobre él, regateando en el momento preciso para pasarlos limpiamente continuando la carrera unos metros más hasta estar casi en la línea de área, volvió a observar esta vez centrándose en sus compañeros, analizando cual de los que estaban más cerca tendrían posibilidad de atinar al arco, o si por el contrario, sería él el de la oportunidad. Respiró, calculó y levantó el balón enviándolo en una parábola directamente hacia el ángulo donde ni siquiera el mejor portero podría pararlo.

Se hizo el silencio antes de que todo estallara y una marea de cuerpos cayera sobre él, era el primero gol del partido, más no él último, pues en el segundo tiempo marcarían dos más para determinar que el Olympique sería el ganador de aquel encuentro.

El vestuario estaba transformado en un salón de fiestas improvisadas donde más de uno saltaba y coreaba, la música, saliendo de un teléfono móvil, se podía escuchar apenas como un murmullo por sobre los canticos de sus compañeros. Volkov se limitó a observar a su alrededor, tanto jugadores titulares como suplentes se encontraban en plena celebración. Los que no estaban cantando se dedicaban a sostener sus teléfonos hablando hacia las cámaras, algunos en llamadas con sus familiares, otros simplemente transmitiendo en vivo para los fanáticos. Era un momento de plena alegría, cada vez estaban más cerca de la final y su desempeño mejoraba con cada partido, atrás quedaron todos los traspiés de principios de temporada.

— Oye Volkov — el grito de Blake llamó su atención, el mencionado se encontraba con un móvil en la mano acercándose hacia él — saluda a la multitud — dijo sonriendo.

El mencionado clavó la mirada en la pantalla, donde cientos de notificaciones parpadeaban como luciérnagas en una noche oscura. Su rostro se endureció, una mezcla de incomodidad y resignación le invadió.

— Vamos hombre, saluda — insistió su compañero acercando más la pantalla hasta que pudo distinguir el color de sus ojos.

— Eh — titubeó sin saber realmente que decir — hola a todos — pronunció mientras levantaba su mano tímidamente, a pesar de ser una figura pública no le gustaba estar en el centro del ojo de la multitud fuera del campo de juego.

En los momentos donde sus pensamientos no se limitaban en idear formas para que la pelota ingresara en el arco la mente le jugaba en contra creando escenarios donde todos hablaban sobre cualquier aspecto de su persona, por eso evitaba exponerse en la mayoría de las situaciones ajenas al fútbol, las críticas por su mal rendimiento las podía tolerar.

Fuera de juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora