°The Chapter 31°

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El sol atravesaba las ventanas de la habitación y mientras que Abigail se encontraba tranquilamente acostada entre los brazos de cierto jugador de River, pensaba en lo afortunada que era. Tal vez todos los cabos sin resolver y los problemas que alguna vez la perturbaron seguían a las vueltas, pero nada de aquello tenía importancia si se encontraba junto a Julián. Todo encajaba en su lugar finalmente y había aprendido que, a pesar de que los malos de su historia no hubiesen pagado como a ella le hubiese gustado, el destino era justo y le regalaba vivencias extraordinarias a quienes se encargaban de hacer el bien.

La recompensa que Abigail había obtenido luego de todo aquel calvario era ciertamente haber encontrado una persona que la amase tan genuinamente como lo hacía Julián. El tiempo que llevaban juntos no era extenso, pero había sido el suficiente como para que Abigail pudiese afirmar sin ninguna duda que era la mejor relación en la que había estado. No podría encontrar otra persona con la cual se sintiese tan cómoda como para ser ella misma, ni nadie que la cuidase tanto y la pusiese como prioridad al igual que lo hacía Julián. El jugador de River la entendía por completo y la respetaba de una manera en la cual Abigail jamás había experimentado.

Por lo que era razonable que cierto temor se desatase en ella al prestar atención a una llamada que ciertamente no debería haber escuchado.

La noche anterior, Abigail se había quedado a dormir en la casa de su novio como de costumbre. A pesar de no querer causarle molestias, Julián había insistido en que se quedase junto a él todo el tiempo posible y prácticamente la había incitado a instalarse en su casa. Abigail realmente no quería invadir el espacio personal del jugador, pero Julián de cierta manera le pedía explícitamente que se quedase en su casa todas las semanas completas de ser posible.

Ambos se habían quedado despiertos la mayor parte de la noche y la única que parecía tener energías para levantarse temprano parecía ser Abigail, por lo que cuando abrió los ojos se encontró con el rostro profundamente dormido de Julián. El pecho desnudo del cordobés subía y bajaba al compás de su suave respiración, mientras que el pesado brazo del jugador aprisionaba su cintura para mantenerla cerca.

Abigail decidió volver a dormirse para no despertar al cordobés y dejarlo descansar todo lo que necesitase, así que su mente entro en transe por lo adormilada que se encontraba. Abría los ojos de a ratos, encontrándose con el jugador aun dormido cómodamente a su lado. Pero en uno de estos intervalos entre sueños, pudo notar la ausencia del cuerpo de Julián a su lado y esto logró que la muchacha se terminase de despabilar por completo. Se talló los ojos y enfoco su vista en la habitación, divisando a Julián a los pocos metros, hablando bajo por teléfono en un intento de no despertarla.

No quería entrometerse en su llamada, por lo que Abigail intento volver a conciliar el sueño para darle privacidad. Pero la muchacha oyó palabras sueltas que llamaron su atención, así que no pudo evitar comenzar a escuchar aquella conversación con completa curiosidad.

- No, todavía lo le dije Ma...

Abigail quiso relajarse al saber que el cordobés se estaba comunicando con su madre, pero el tono preocupado de Julián no la dejaba para nada tranquila.

- Es que no sé cómo pueda llegar a reaccionar... Sí, ya lo sé – Julián soltó un pesado suspiro tras decir aquellas palabras – Abby puede llegar a decir que no

Al escuchar su nombre se sorprendió, ya que usualmente Julián le comentaba todo lo que le sucedía y estaba al tanto de cada novedad que ocurría en la vida del cordobés. Abigail se acomodó mejor en la cama y se cubrió con las mantas, aun pretendiendo seguir dormida mientras el jugador de River mantenía aquella conversación por teléfono.

- Ella tiene que tener ganas y no la voy a obligar si no quiere... porque no, la idea no es que lo haga únicamente porque yo se lo pido

El cordobés murmuraba mientras se acercaba a la ventana bajo la atenta mirada de Abigail, que se encontraba divagando ante las oraciones que soltaba Julián. La luz que provenía del exterior le permitían visibilizar el rostro preocupado del jugador, que se notaba claramente afectado por aquel motivo que seguía siendo un misterio para la muchacha.

The Game - Julián AlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora