°The Extra One°

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Dos años después

Abigail se encontraba en aquel pequeño cuarto que alguna vez le perteneció a Julián, donde el cordobés había experimentado la primera parte de su vida junto a sus hermanos antes de mudarse a Buenos Aires a temprana edad. La ropa de ambos se encontraba esparcida por la cama y ella se estaba encargando de regresarla a su lugar en la maleta, ya que ambos habían hecho un verdadero desastre al arrojar todas sus prendas de manera desordenada ni bien llegar. Se habían cambiado de manera apresurada y no tuvieron ni el más mínimo cuidado con sus pertenencias, así que Abigail decidió ocuparse de ello antes de que cayese la noche, ya que ciertamente no sería agradable acostarse con Julián sobre aquella pila de ropa.

Como era costumbre desde que habían partido a Manchester, la familia Alvarez junto a Abigail regresaba a Argentina para pasar las fiestas de fin de año y sin excepción, se reunían en el pequeño pueblo de Calchín junto al resto de los familiares del cordobés. El jugador del City y su novia no habían viajado junto al resto de los Alvarez, ya que hicieron una parada en capital para que Abigail pasase un par de días con su madre y sus allegados. Por lo que ambos habían aterrizado en la provincia de Córdoba aquel mismo 25 de diciembre, con el tiempo justo como para tomar un pequeño descanso y comenzar a prepararse para la festividad que ocuparía lugar esa misma noche.

Cuando estuvo todo en su lugar, Abigail hizo un esfuerzo para que la tapa de maleta pudiese cerrarse por completo y así tirar del cierre. No pudo evitar soltar un suspiro de alivio al terminar su tarea, realmente la agotaban los viajes de aquel tipo y por más que le gustasen las festividades, en ese momento solo quería descansar.

Unas manos conocidas se aventuraron por su cintura mientras que un cálido cuerpo se apoyaba contra su espalda, lo cual inevitablemente le saco una sonrisa ya que sabía perfectamente de quien se trataba. Los besos que el cordobés dejo con suavidad sobre su hombro terminaron por lograr que la muchacha se voltease para ver a su novio de frente.

- ¿Ya te dije que estabas preciosa hoy? – Julián murmuro con una sonrisa mientras le echaba un rápido vistazo a la muchacha y a como le sentaba aquel vestido que había elegido usar esa noche.

- Si, varias veces – Abigail le respondió mientras colocaba las manos sobre los hombros del jugador – Pero no me molesta que lo repitas

Ante aquella respuesta, el cordobés se acercó a la muchacha para dejar un cálido beso en sus labios, entreteniéndose con ella y quitándole el poco tiempo que tenían para terminar de alistarse. La celebración de Navidad en la casa de los Alvarez era mucho más tranquila y reservada que año nuevo, ya que no todos los miembros de la familia se reunirían por completo. Aquella noche asistirían un par de tíos y aquello les garantizaba una velada mucho más tranquila, que les venía muy bien tras la ajetreada rutina que mantenía la pareja.

Abigail pudo terminar de maquillarse junto a la compañía de un muy pesado Julián, que se la pasaba distrayéndola con charlas o contacto físico que impedían por completo la completa concentración de Abby. Cuando los dos estuvieron debidamente arreglados, bajaron de la mano hacia la primera planta de la casa, donde fueron recibidos por la familia del cordobés los cuales le dieron una cálida bienvenida.

La cena festiva en el hogar de los Alvarez transcurrió con normalidad y fue muy amena para todos los presentes, necesitaban un ambiente tranquilo para cortar con todas las responsabilidades diarias que se volvían una carga. Los platos repletos de diferentes alimentos se repartían por la mesa y Abigail probo de cada uno gracias a un insistente Julián, que no paraba de servirle en el plato cada vez que el mismo lo hacía.

La media noche no tardó en llegar y todos los presentes se reunieron alrededor del árbol de navidad luego de un emotivo brindis. Los regalos ya estaban acomodados en el suelo, anunciando la tan esperada llegada de Papá Noel que tanto ansiaban los pequeños niños que habitaban la casa, los cuales no tardaron en ir corrieron a desenvolver los obsequios con emoción. Agustín Alvarez fue el hermano encargado de repartir los presentes para los niños, logrando un poco de calma entre tanto alboroto creado por sus primitos.

The Game - Julián AlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora