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El resto del viaje a Busan no fue tan malo.

Considerándolo todo, piensa YeonJun, pudo haber sido mucho peor.

El auto sí que estuvo a punto de detenerse a la mitad porque de seguro no estaba acostumbrado a conducir por tantas horas por tanto tiempo, pero comenzó a trabajar bastante bien luego de los momentos iniciales de pánico.

Soobin no dejaba que escucharan la radio, sin importar cuanto chillara y protestara Kai, pero estaba bien porque este decidió que iba a ser el que se encargara de la música, cantando cada canción que podía recordar. Kai cantaba con una voz muy linda, suave y placentera. Soobin no le pedía que dejara de hacerlo.

También era divertido verles discutir por el almuerzo.

—Ya no vamos a parar. —Había dicho Soobin.

—Pero tengo hambre. —Chillaba Kai.

—Que triste.

—Voy a morir si no como algo.

—Entonces muérete.

—Me convertiré en un fantasma y voy a embrujarte.

—Cállate.

—Tengo hambre.

—No voy a detenerme.

—¿Por qué?

—Tomaría demasiado tiempo.

—Eh, ¿sí saben que me tomaría literalmente dos minutos robar algo de almuerzo para todos, cierto?

—Silencio, YeonJun.

Entonces Kai parecía estar a punto de llorar así que en la primera estación de gas Soobin estacionó el auto y le dijo que se apresurara y consiguiera algo de comer. Sólo porque Soobin era muy fácil de manipular.

Pero YeonJun y Kai lo encuentran muy tierno.

epoch | yeonbinkaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora