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—¿Sí?

Soobin le sonríe a la voz.

—Beomgyu, soy yo.

Una pausa, entonces...

—¡Joder!

Hay un zumbido y la puerta se abre, Soobin toma su bolsa del suelo y asiente hacia YeonJun y Hueningkai, haciéndole señas para que lo sigan.

El jardín de la casa es tan lindo como lo recuerda, con arbustos perfectos y flores saliendo con elegancia de limpios capullos.

—Este lugar es tan asombroso. —Susurra YeonJun, Soobin rueda los ojos.

—Y aún no has visto la casa.

La puerta delantera se abre y Soobin apenas tiene tiempo para registrar todo antes de ser envuelto en un fuerte abrazo.

—¡Mierda, Soobinie Hyung! —Beomgyu casi grita, riendo como loco. —¡Ha pasado bastante tiempo!

—Beomgyu, no puedo respirar. —Chilla el pelirrojo, pero aún así lo abraza. Está más alto que la última vez.

Beomgyu se aparta, con una gran sonrisa en el rostro. Soobin se da cuenta que, Dios, extrañaba su estúpida sonrisa.

—Que bueno verte. —Dice Soobin.

—También es bueno verte y... —Beomgyu mira a los desconocidos detrás de Soobin. —Y conocerlos a ellos, supongo.

Hueningkai se pone detrás de su novio rubio, mirando al suelo.

—Está bien, Ning. —Dice Soobin. —Puedes quitarte el tapabocas.

Beomgyu frunce el entrecejo pero no hace preguntas. Rara vez las hace en realidad.

El menor no parece seguro pero aún así obedece, bajando el tapabocas y haciendo una pequeña reverencia hacia Beomgyu.

—¿Puedo preguntar quiénes son? No es que me moleste, sólo que... —Beomgyu aprieta los
labios. —Han pasado tres años, Soobinnie.

Soobin asiente.

—¿Recuerdas el favor que me debes?

Beomgyu sube el mentón, toda su atención está en él por un momento.

—Por supuesto.

—Supongo que ya puedes pagarme.

Antes de que Beomgyu pueda decir algo, otro hombre sale de la puerta.

—¡Dios mío, en serio es él! —Exclama, una enorme sonrisa estirando sus labios.

—Hola, Taehyun.

—Dios, Soobin, ¡Ha pasado tanto tiempo!—Taehyun camina hacia él, ve a YeonJun y a Hueningkai y les sonríe. —¡Y trajiste amigos! Vamos, entren. Beom, no puedes dejar a los invitados en el jardín.

Beomgyu murmura algo por lo bajo pero aún así derrotado les hace un gesto para que entren a la casa.

Justo cuando están a punto de entrar, Soobin se vuelve hacia YeonJun y Hueningkai.

—No digan una sola palabra acerca de las alfombras.

Ve que fruncen el ceño pero asienten. La casa, como Soobin esperaba, no había cambiado en
absoluto. Desde el techo alto con candelabros blancos guindando, hasta las luces cálidas que salen de los enormes ventanales de la pared y esas horribles alfombras. Soobin hace una mueca mientras camina, odiándolas tanto como la primera vez.

—Santo... —YeonJun dice con asombro, mirando a su alrededor y registrando lo vasta que
es la habitación. —Este lugar es genial.

—¡Gracias! —Dice Taehyun emocionado. —Lo decoré yo mismo. Arriba es mucho mejor. Te
daré un recorrido luego.

epoch | yeonbinkaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora