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—Salgamos esta noche.

YeonJun despega la mirada de su copia de "Duro y Preparado" y lo mira con el ceño fruncido.

—¿Quieres salir? —Pregunta, Hueningkai asiente.

—Es nuestra última noche, mañana tendremos los documentos. Tal vez debamos salir, siempre y cuando esté oscuro.

El mayor asiente.

—Por mí está bien. ¿Binnie?

Soobin, medio dormido, medio escuchando la conversación, asiente soñoliento.

—Seguro, ¿Por qué no?

—¡Genial! —Hueningkai se baja de la cama y abre el closet. —Siempre que tenga una excusa para usar algo nuevo.

YeonJun ríe.

—No le importa la ciudad, sólo quiere lucirse.

El menor sonríe.

—Me conoces bien.

Una vez fuera en las calles de Seúl, Hueningkai se pone el tapabocas y camina entre sus novios. No se siente tan incómodo como los días anteriores. Ya ha bajado el sol y la calle se tiñe de amarillo, pero hay mucha oscuridad en los callejones y las luces de neón les marea un poco, haciendo que el menor se sienta más seguro. Aún hay algunas personas alrededor, pero todos quieren ir a casa y están demasiado cansados por el trabajo como para prestarle atención a otras personas.

Soobin tiene una de sus manos tomando su muñeca con ligereza y YeonJun camina un paso delante de él para escudarlo de los ojos de la gente, por lo que Kai se siente a salvo. Disfruta de la ciudad por primera vez desde que llegaron, admirando la belleza de Seúl, una ciudad siempre despierta y siempre a gran velocidad.

Mira a Soobin y lo encuentra observándolo.

—¿Qué? ¿Te gusta lo que ves? —pregunta Hueningkai y el pelirrojo pone los ojos en blanco.

—Mierda, obviamente sí.

—Qué romántico.

—Romeo no es competencia para él —agrega YeonJun.

—Ambos son insoportables —murmura el pelirrojo—. Pero sí, te ves muy lindo.

Hueningkai se baja el tapabocas para darle un pequeño beso a Soobin y el otro se queja y se aleja.

El meno se ríe porque sabe que se bien para ellos: a Soobin le gustan sus piernas así que se puso pantalones de cuero falso y a YeonJun le gustan sus clavículas así que uso la camisa de vestir que le quedaba suelta de los hombros. Sabe que se ve bien para ambos, solo que le gusta escucharlo de sus bocas.

—Tengo hambre —se queja Soobin.

—Yo también. —Hueningkai mira a su alrededor. —Quiero comer sushi.

El menor se distrae al ver dos chicas riendo y observando sus teléfonos, apuntando a alguna foto que tendrían allí.

—Hay un lugar que tiene buen sushi no muy lejos de aquí. —Dice YeonJun. —A menos de que lo hayan cerrado ya.

Ambas chicas se ríen. El agarre de Soobin se tensa, las palabras de YeonJun resonando en su cabeza.

—YeonJun. —Dice el menor.

—¿Mmh?

—¿Cómo sabes eso?

El mayor deja de caminar brusca y repentinamente y Kai choca contra él. Soobin observa a YeonJun con los labios apretados en una línea fina. El mayor se vuelve para mirar a Hueningkai, y por un momento, sus ojos son fríos. Sin calidez, sin amabilidad, sin amor. Hueningkai tiembla ligeramente.

Entonces YeonJun sonríe falsamente.

—Lo vi la última vez que pasé por aquí.

—Oh. —Definitivamente está mintiendo.

—¿Aún quieres ir?

Está mintiendo. Soobin aún toma su muñeca con fuerza, casi como si le advirtiera que abandone el tema.

—Sí, claro. —Dice Hueningkai y asiente. Agradece tener el tapabocas porque no tiene que forzar ninguna sonrisa.

—Bien, debería de estar aquí si no me equivoco.

Comienzan a caminar de nuevo, pero esta vez YeonJun camina mucho más adelante.

Hueningkai mira a Soobin, el cual con sólo una mirada le dice: ¿Qué esperabas? Nos ha mentido desde el principio.

El estado de ánimo de YeonJun cambia en un abrir y cerrar de ojos.

Mientras come no dice ni una palabra, en silencio y sin mirarlos. Pasa la mayor parte de su estancia en el restaurante viendo por la ventana. Si tratan de meterlo en la conversación, sólo consiguen cortas respuestas, sonidos y una que otra vez que asienta con la cabeza.

Kai siente que es su culpa. Debió callarse, debió dejar ir el tema e ignorar que YeonJun les mintió con respecto a Seúl. Debió seguir confiando en él, como siempre lo había hecho.

Finges creer en una sonrisa falsa y terminas adorando las mentiras.

¿Por qué cambiaría eso? Fue estúpido.

epoch | yeonbinkaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora