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—Dijiste que Beomgyu te debe un favor. —YeonJun dice una vez que están en la cama, Hueningkai estaba entre ellos, ya durmiéndose.

—Sí. —Soobin asiente. —Gran favor.

—¿Cuál es?

—No estaría con Taehyun si no fuera por mí.

YeonJun arquea una ceja.

—No pensé que fueras un cupido.

—Eso es porque no lo soy. —Soobin sonríe. —No, es más complicado que eso. Beomgyu solía estar
en Imoogi Pa.

—Oh. —YeonJun le mira con interés. —Cuéntame.

—Solía ser uno de nuestros proveedores. —Soobin responde. —Él era el que tenía toda la cosa de las drogas cuando el viejo dragón decidió hacer grandes negocios. Beomgyu siempre había estado en cosas así, conoce a personas, así que tenía contactos. Un día le dijo al jefe que podían comenzar a importar opios desde China si le proveían mulas. Allí es cuando Taehyun entró en la escena.

—¿Taehyun era una mula? —Pregunta Yeosang, claramente sorprendido. —¿En serio?

—Bueno, en realidad, Taehyun era uno de los amantes del dragón. Como, una relación secreta que no era secreta del todo. Sólo una forma linda de decir que el viejo dragón tenía montones de hombres y mujeres que se follaba a veces, con promesas de dinero y seguridad. Pero Taehyun también es un buen actor y podía salirse con la suya, así que comenzó a trabajar como mula para Beomgyu. Supongo que allí comenzó. Porque claro, nada grita romance más que meter un condón lleno de drogas en el culo del amor de tu vida.

YeonJun le golpea el muslo, y Hueningkai se mueve un poco, pidiéndoles que dejen de moverse tanto.

—No seas asqueroso.

—Lo siento. —Sonríe Soobin. —Aún así, se enamoraron y todo eso. Así que Beomgyu vino a mí un día y me dijo "Si alejas a Taehyun del dragón nos haré desaparecer." Y honestamente, no podía decirle que no. Taehyun odiaba trabajar para él y Beomgyu estaba tan enamorado que era casi doloroso. Así que los ayudé. —Soobin se encoge de hombros. —En realidad le pagué a muchos vendedores que conocía para que hicieran un largo trato con el jefe e incluso organicé la cosa en un restaurante costoso. Les di tiempo para que salieran y Beomgyu hizo toda la desaparición. Funcionó. Y déjame decirte, me sorprendió que haya funcionado. Estoy feliz de que lo haya hecho.

YeonJun asiente, sonriendo.

—Eres tan romántico, Binnie.

—Dios, cállate. —Se muerde los labios para reprimir una sonrisa. —Pero sí, por eso me debe.

YeonJun asiente para sí mismo.

—Así que, vamos a desaparecer.

—Eso parece.

—¿A dónde iremos?

—A donde queramos, supongo.

—París.

Soobin mira a Hueningkai, que lo observa con ojos soñolientos.

—¿Qué?

—Deberíamos ir a París. —Murmura el menor.

—Nunca he estado allí.

—¿Hablas francés?

Hueningkai duda por un momento.

—Bonjour mademoiselle, mon mon baguette.

YeonJun ríe a carcajadas, cubriendo su boca para no hacer tanto ruido y pegándose en su propio muslo.

—Qué tal si no vamos a París. —Dice Soobin y Hueningkai hace un puchero.

—Voy a estudiar francés, luego veremos quién va a París.

—Sí, seguro.

—Besa mi omelette.

—Duérmete, escargot.

—Dios. —YeonJun se relame los labios. —Los amo tanto, me hace tan feliz que no me hayan matado cuando me atropellaron.

Soobin mira a YeonJun, tratando de ver algo en sus ojos, pero sólo puede observar su suave sonrisa.

—Junnie. —Hueningkai se vuelve un poco para mirarlo. —Esa noche, ¿Por qué...

—No. —YeonJun niega con la cabeza aún sonriendo y pone una mano sobre su cintura, cerrando sus ojos. —No arruinemos el momento.

—Nunca hablas de eso. —Hueningkai pone su cara en la expansión del cuello de YeonJun, sus manos tomando las de Soobin. —Deberías contarnos.

YeonJun mira a Soobin y sonríe más. Puede notar lo falso que se ve.

—Mejor en otro momento. —Dice. —Mejor durmamos.

epoch | yeonbinkaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora