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Deciden irse después de medianoche, el carro que Beomgyu les da es, definitivamente, robado. YeonJun conoce perfectamente como luce un carro robado.

Ponen sus bolsas en la parte de atrás, Hueningkai decidiendo sentarse allí. Soobin va en el asiento de copiloto porque quiere revisar los documentos, así que YeonJun termina conduciendo.

Beomgyu abraza a Soobin con fuerza, susurrando algo en su oído, el mayor asiente. Taehyun los abraza lánguida y suavemente, casi como un hermano, les desea buena suerte y les dice que siempre serán bienvenidos si deciden regresar.

Entonces se van.

Han estado en la carretera por cuarenta minutos, Soobin pone los documentos en la bolsa de plástico y la cierra, entonces se recuesta en su asiento.

—L.A. —Dice. —No sé hablar inglés, joder.

—Ni yo. —Dice Hueningkai, luce medio dormido.

—Allí veremos. —Responde YeonJun, se quedan callados.

Luego Soobin ve por su ventana y se enfoca en el espejo lateral, suspira.

—¿Saben? Siempre he intentado tener una mente positiva en cuanto a la vida. Siempre. Ahora mismo, creo que la mente positiva se puede ir a la mierda.

YeonJun frunce el ceño.

—¿Qué mierda?

—Hay al menos cinco patrullas policíacas persiguiéndonos.

Hueningkai boquea y mira detrás de su asiento, luego maldice por lo bajo. YeonJun mira desde el espejo retrovisor, y, como a la vida le gusta joderlos, claramente hay algunas patrullas a unos diez pies de ellos, con las luces apagadas.

—¿Qué hacemos? —Pregunta Hueningkai, extrañamente calmado. —Probablemente me estén buscando.

—O a mí. —Soobin se encoge de hombros. —Es decir, Imoogi Pa tiene contactos en todas partes, no me sorprendería que me hubiesen detectado en Seúl.

—Quisiera recordarles que yo solía robar autos en esta ciudad y que he tenido acreedores en mi puerta por, media década al menos. —YeonJun suspira. —¿Una mezcla de todos nosotros, supongo?

—Eso creo. —Dice Hueningkai.

—Honestamente, estoy intentando tener una mente positiva pero ¿Qué mierda hacemos?

YeonJun sostiene el volante con fuerza.

—Los perdemos.

Presiona el acelerador y el carro avanza con rapidez, después de algunos segundos sirenas comienzan a inundar el aire.

—Los hijos de puta se estaban ocultando. —YeonJun dice entre dientes. —Bien. Bien, conozco una salida, nos llevará a la entrada principal cerca del río Han, tal vez los pierda cuando lleguemos al Wonhyo Bridge.

Los autos están cerca, siguiéndolos, YeonJun se enfoca en el camino, olvidando las sirenas.

—¿Crees que puedas? —Le pregunta Soobin.

—Lo he hecho antes, conductor de escape, ¿recuerdas? —YeonJun siente que el auto al fin empieza a tomar velocidad. —Es como montar en bici.

Hueningkai sólo suspira.

—Honestamente, estoy decepcionado pero nada sorprendido.

Soobin lo mira con incredulidad.

—¿Por qué no estás enloqueciendo? Porque yo estoy enloqueciendo un poco.

—No tengo la fuerza para hacerlo. Solo estoy sin palabras.

YeonJun ve un lugar vacío entre dos carreteras, aguanta la respiración y gira el volante. El carro se inclina hacia la derecha, Hueningkai golpea contra la puerta del auto, YeonJun consigue deslizarse entre ese espacio y se encuentra en un carril distinto, conduciendo en dirección contraria, un auto va hacia la izquierda y toca su bocina.

epoch | yeonbinkaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora