Un Cielo Azul. Capítulo 5

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Capítulo 5

Querer, poder, deber: sólo son palabras.

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N/A:- Para decirles que tengan en cuenta que cuando Raoul habla con Robert, lo hacen en inglés, pero no me quiero enredar con traducciones. Gracias.

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—¿En serio esa va a ser tu pregunta de índole personal?

—En serio, Raoul. Eso quiero saber. Pero recuerda: tienes derecho a no contestar.

—Es que no le veo el punto a-

—Vale... Asumiré que tu respuesta es un no... Y está bien, no pasa nada. Yo tampoco pienso eso de mí...

—Pero... ¿De qué hablas? ¿Estás de coña o qué? ¿No sabes lo sexy que eres? ¿No tienes espejos en tu casa? Dime y te regalo uno mañana mismo. Eres la persona más erótica que he conocido. Sexy parece una descripción infantil si se trata de ti. Dios... Es imposible verte y no querer-

—¿Qué? ¿Qué quieres hacerme, Raoul?

—¿Eh? ¿Que qué quiero hacerte? ¿De qué hablas? —El rojo de la piel de Raoul demuestra que está muy cerca de perder la poca cordura que le queda. Por suerte no se le nota tanto debido a la penumbra dentro del coche. Agoney no deja de sonreír por toda la situación y lo mucho que le ha gustado la respuesta de su representante. No porque este piense que es sexy o erótico, sino porque ahora está seguro que no le es indiferente—. Pero ya no puedes volver a preguntar, Agoney —dice haciéndole un guiño triunfal—. Es mi turno. Y me voy a pensar muy bien la pregunta.

—Entonces, sí piensas que soy sexy. No... Erótico, fue lo que dijiste. ¿En serio? —Raoul rueda los ojos y pone el coche en movimiento rumbo a casa de Agoney.

—No más preguntas de esa índole por hoy. Y no te toca.

—No creo que yo sea así... Eso que dijiste. Tú, sin embargo...

—No me vas a tirar más de la lengua esta noche. No lo intentes, Agoney.

—Ya veo. Estás muy serio. Pero me gustaría mucho tirarte de la lengua... —Habla como si no acabara de declarar así como si nada, con esa falsa inocencia, sus intenciones de comerle la boca. Raoul le mira por un par de segundos y ya Agoney estaba esperando esa mirada. Las carcajadas a continuación, ayudan a calmar la tensión sexual y bajar la temperatura ahí dentro—. No era literalmente... ¿Eh?

-Lo sé, lo sé... —Ríen de nuevo y se destensan. Se sienten cómodos cuando están juntos y solos. Todo debería ser fácil y fluir libremente. Pero no lo es.

" Esto va a ser muy difícil. Tengo que controlar lo que este hombre provoca en mí. Tengo que ser fuerte, joder." Piensa Raoul.

"Madre mía, necesito bajarme de este coche ya. O voy a cometer un error. Aguanta Agoney, sé fuerte." Piensa Agoney.

Se quedan varios minutos en silencio, cada cual divagando en su mente. Raoul presta toda su atención al camino para evitar la tentación que siente de aparcar el coche y comerle la boca de una vez, como desea hacer desde que le conoció. Agoney, con su cabeza gacha y jugueteando con sus dedos, rememora cada una de las palabras que ha dicho Raoul y buscándole un sentido al porqué tiene a su lado a un chico que le agrada tanto, le pone tanto y que le ha dicho que le encuentra sexy y no puede comerle la boca, ni ninguna de las otras partes de su cuerpo que quiere comerle. Es incomprensible y frustrante. Debería haber una ley contra eso.

"Por qué tiene que ser así? Si tan solo somos dos chicos solitarios y que obviamente nos atraemos. ¿Por qué quiero, pero no debo, aunque puedo? Vaya mierda"

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