Un Cielo Azul. Capítulo 25

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Capítulo 25

Un Cielo Azul...

N/A:- Bueno chicxs, llegamos al desenlace de esta historia, aunque habrá un Epílogo para contar un poco más allá en el tiempo y afianzar cositas. Por favor, lean con amor y mantengan sus mentes abiertas a la bondad. Gracias por haber llegado al menos hasta aquí. Ahora, a leer.💜💛

—Raoul, es una belleza. Me encanta. Es perfecta, mi amor. Es mucho más hermosa de lo que imaginaba. Tiene todo lo que pudiera desear. Cambiaremos algunos muebles y decoración, pero podemos conservar la mayoría, porque son preciosos y muy elegantes. Nuestra habitación es enorme y ¿viste esa cama? Ya me imagino cómo daremos vueltas... Ummm —Raoul ríe y besa sus labios con un tierno roce.

—La verdad es que es muy tentadora con esos doseles... Sí, sí... Me imagino muchas locuras en esa cama, Ago.

—Lobito lujurioso. No te quedes nunca con las ganas, por favor.

—No lo haré, cielo. Si es que de verte se me enciende el alma y algo más —Los dos ríen, felices.

—Qué maravilloso regalo, mi amor. Siempre admiré esta casa de lejos y tal vez hasta soñé con poder visitarla algún día, aunque fuera para cantar en alguna recepción de los dueños anteriores y mira, ahora es nuestra. Pero, es enorme, Raoul. ¿No es demasiado grande para nosotros dos?

—Sé cuánto te gusta esta casa, cielo y creo que está bien que sea así de grande. Podrán venir nuestros padres, familias, amigos y habrá sitio para todos.

—¿A ti te gusta también, lobito, o lo hiciste solo por mí?

—Me encanta también, Ago. Es muy cómoda, con muchas posibilidades y la vista es alucinante. Cuando vi que estaba a la venta, ni siquiera lo dudé. Será nuestro hogar, cielo.

—Tienes razón. Y ya se respira un aroma de hogar. Gracias por semejante sorpresa, mi amor. Un hogar grande y precioso.

—Hay mucho espacio, cierto. Podrás tener tu estudio personalizado, con todo lo moderno que existe en la industria. Además, podemos criar una familia grande aquí.

—¿Una familia grande? ¿A qué te refieres, mi amor?

—A la que tendremos algún día. ¿No? ¿Quieres tener una familia conmigo, Ago?

—Sí quiero, mi amor. Nada me haría más feliz, lo juro, más que cantar, componer o hacer música.

—Gracias, cielo, mi precioso cielo azul. Tus palabras llenan mi vida de felicidad —El beso que se dan, era inevitable después de esas confesiones—. Y ¿qué me dices del patio lateral? Está perfecto para que varios niños jueguen y corran al aire libre. También es perfecto para celebraciones. Como por ejemplo, una boda...

—Pues sí... Es perfecto para criar en la naturaleza a los hijos que tendremos algún día... ¿Una boda dices? —La sonrisa que aparece en el rostro de su prometido es aquella que adora y le hace latir más rápido el corazón.

—Cielo, hace un año nos comprometimos, un día como hoy. Este es mi regalo por tu cumpleaños y espero que podamos celebrar aquí nuestra boda, además de empezar nuestra propia familia.

—¿Te quieres casar y ser padre, ya?

—De ser posible antes del invierno, al menos la boda.

—Pero si aquí en Tenerife, casi no tenemos invierno.

—Es verdad, aunque a esta altura puede sentirse más fresco que en el resto de la isla. Pero lo de menos es el clima. ¿Qué me dices de lo otro?

—¿Nuestra boda? Oh, Dios... ¡Nuestra boda, Raoul! Sí, mi amor, casémonos pronto. Si es que ya estamos prácticamente casados. Hagámoslo legal, mi lobito matrimoniado.

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