Capítulo 20
Las vueltas que da la vida.
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Llega a su casa tarde en la noche y le recibe la oscuridad y la soledad. No hay nadie. Marc se ha ido. Como un autómata se va directo al sofá alumbrándose con su móvil y allí se deja caer. Enseguida ve un papel doblado sobre la mesa de café que había pateado antes, pero que ahora está nuevamente en su sitio. Frunce el ceño y enciende la luz de la lámpara a su lado. Supone que es una nota de Marc y su primer impulso es romperla en mil pedazos. Pero no lo hace. La abre. La lee.
—Una carta —Se le estruja el corazón al notar las huellas ya secas de las lágrimas de Marc que seguramente derramó mientras la escribía. Respira hondo—. A ver qué tienes que decir...
Mi amor:
Como verás, me he ido. Tampoco me diste más opciones. Estaré en casa de José Luis, mi primo, hasta que me vaya para California. Sabrás localizarme si necesitas lo que sea de mí. Podrás ver que sólo me he llevado mi ropa y cosas personales, puedes disponer como quieras de las cosas que fueron de los dos.
Ago, no quiero irme sin que sepas que te he amado y te amo, con todo mi corazón y que no será nada fácil aceptarme sin ti. Pero, a veces, ni todo el amor puede retenernos cuando se trata de cumplir nuestros sueños. Esto que se me ha presentado, es algo con lo que siempre soñé y jamás creí poder alcanzar. No sé cómo pudo sucederme esto a mí, si es que la única suerte que he tenido en mi vida ha sido conocerte a ti y aunque estoy feliz por lo que esta oportunidad representa, es muy doloroso todo lo que estoy perdiendo y a lo que estoy renunciando. ¡Créeme!
Necesito decirte también, que los años que he vivido a tu lado, son lo mejor que me ha pasado y sé que voy a extrañarnos juntos. Pienso que pudimos hablar con calma y tal vez encontrar una solución, o llegar a un arreglo que no implicara separarnos. Pero ya sé que contigo es todo o nada.
Mi amor, siento mucho todo el sufrimiento y la tristeza que te haya traído mi decisión. Ojalá no me odies y puedas perdonarme algún día. Para mí tampoco es nada fácil, te lo aseguro, aunque te cueste creerlo. Siempre te llevaré en mi corazón como el amor más precioso y especial que tuve y tendré. Gracias por cada momento vivido, por cada beso, por cada caricia y por enseñarme a amar.
Adiós, mi amor. Tuyo,
Marc.
—¡Maldita sea mi puta suerte! ¿QUÉ QUIERES DE MÍ, PUTO DESTINO DE LOS COJONES? O QUIEN SEA QUE MANEJA LOS CAPRICHOS DE LA PUTA VIDA —Grita, llora, patea la mesa de café, estruja el folio con las palabras de Marc, lo tira al suelo y acto seguido lo recupera. Vuelve a leerlo, besa el papel. Se acurruca en el sofá. Y se duerme llorando sin saber cuándo, abrazando la carta.
****
—¿Estás seguro, hijo? Me parece una idea maravillosa, pero si los conservas, podrás venderlos por separado a mejor precio.
—No, James —le contesta decidido—. Prefiero hacer esto. Yo quiero que todo esto que he heredado tan inesperadamente sirva para una buena causa. Sé que de haberlo sabido antes, Bobby hubiese estado de acuerdo conmigo. Una ONG con su nombre para la investigación y lucha contra la leucemia, me parece muy justo. Solo quiero quedarme uno de los coches, el Mclaren F1, que era su favorito y la moto, la Triumph Bonneville. Los demás los vamos a subastar y todo lo que se recaude será para la Fundación de Robert. ¿Me puedes ayudar a organizar todo y puedo contar con la participación de tus amistades? ¿Por favor?
—Por supuesto, Raoul, cuenta con mi ayuda. Mis contactos, mi familia, mis amigos y todos los que me deben algún favor, estarán aquí.
—Y yo también te ayudaré hijo —le dice su suegra abrazándolo y besando sus mejillas—. Todas mis amigas y conocidas millonarias vendrán a la puja. Esa banalidad de ser las que más pueden gastar les encanta y les entretiene. Aunque jamás hayan conducido un coche en sus vidas ni sepan nada de ellos, van a comprar alguno, te lo aseguro. Estoy muy feliz de poder ayudar también en algo tan noble. Por algo Robert te amaba tanto.
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UN CIELO AZUL
FanficRaoul, ha terminado una relación de casi dos años con Bobby, su novio inglés, hijo de un prominente comerciante y que estaba muy metido en el armario. Ha regresado a España, a trabajar en la Compañía de sus padres tras varios años estudiando y traba...