Abrí los ojos con una lentitud ensordecedora, mi cabeza daba vueltas y unas enormes ganas de vomitar vivieron a mí, no tenia fuerza siquiera para arcadas.Logré apreciar las paredes blancas, la luz tan cegadora y luego sonreí, no me había matado, la policía lo había atrapado.
Traté de moverme pero estaba entumecida, un rostro angelical se acercó a mí, vestía de blanco y parecía ser enfermera ya que su uniforme parecía el de una. Me sonrió levemente y lo hice devuelta sin poder evitarlo, ella era linda, irradiaba ternura. También era super baja de estatura, pero era linda, mucho.
-Hola Jennifer
-Jenny- mi garganta picó al hablar
-Jenny- se corrigió -¿Como te sientes?- pareció notar mi incomodidad y me tendió un poco de agua, cual tomé para luego tenderle el vaso, mi cuerpo aún no tenía fuerzas.
-Pérdida ¿él..- ¿será que murió? Recordé lo que sentí apenas antes de caer en la inconsciencia traté de llevar mi mano a mi cuello pero ella me detuvo.
-Aún llevas puntadas, no puedes tocar. ¿Quieres verlo? No se le permite pasar, como no tenemos salas para sus humanas están en un apartado para betas, lo siento- la vi inclinarse, pero no entendía.
La puerta se abrió dejando ver a quien me había atacado, llevaba solo un pantalón sobre su cuerpo y este brillaba por el sudor, parecía temeroso pero a la vez feliz. Lo ví acercarse y aspirar mi cuello como un enfermo, antes de que mi cuerpo reaccionara alejándolo haciéndonos caer sobre el suelo.
Traté de correr pero los cables que tenía en mi cuerpo y sus brazos apresándome lo impidieron, la joven salió del lugar con prisas y regresó con alguien quien colocó algo en mi suero antes de volver a la inconsciencia.
...
Un sueño, un sueño con muchas voces a mi alrededor. Voces de la que solo conocía dos.
-Las marcas de mordidas no son para los humanos, lo sabes. ¿Pretendías matarla?- escuché un gruñido.
-Fue mi lobo quien lo hizo.
-Deja de gruñir, asustas a mi omega.
-Deja de tocar a mí mate
-Soy su médico- escuché la voz que hasta ahora no diferenciaba, -Dulce, pequeña, ¿vas por su desayuno?- escuché pasos de la otra pero no abrí los ojos, quizás si fingía dormir lograría escapar. -Jenny, soy tu médico. Mi nombre es El Segundo del Auspicio, ya debes conocer al primero- dijo con gracia, pero no abrí los ojos. No hasta que sentí los toques en mi mejilla, unos tan familiares que me hicieron hacerme en torno al toque del otro y abrir los ojos horrorizada a la vez que otro gruñido salía de él.
-ALÉJATE YA- esta vez ambos gruñeron y los vi dedicarse serías miradas, así fue hasta que quien hasta ahora conocía dejó el lugar mientras el otro cubría su nariz, pero yo no olía nada.
-Lamento eso, eres la primera en ser llamada, así que no tenemos control de nuestros impulsos frente a los humanos- hablaba calmado, no fríamente pero si con poco tacto, directo. -Soy tu médico, estás aquí por una mordida en tu cuello- inconscientemente llevé mi mano a este. -Pronto sanará, te hemos medicado durante unas semanas, no conozco mucho sobre tu anatomía, pero los libros que...
-¿Semanas? ¿Porqué mi... El mató, él... la cárcel- quería preguntar y decir tantas cosas que nada salía de mis labios.
-Tranquila, ya recibió un llamado de atención- ¿un qué? A la sala entró la joven de hermoso rostro y sonrisa dulce. -Omega, ¿puedes explicarle? Creo que el Primero no lo hizo.- dijo para salir luego de dejar una palmada en mi hombro y un beso en su mejilla.
La chica traía una bandeja con comida, gelatina y un puré, algo blanco que parecía queso.
-¿Tienes hambre?- negué, tenía ganas de vomitar. -Debes tener muchas dudas- asentí -Somos lobos aquí, omegas, betas y hasta ahora 7 alfhas, los del Auspicio.
-No paro de escuchar esa palabra.- de pronto mis dedos me parecían lo más importante.
-Es porque es importante, verás. Hay una profecía, de 7 lobos alphas que encontrarán a su pareja humana y obtendrán la inmortalidad para pelear contra los vampiros y proteger a los nuestros- reí
-¿Esto es una broma de Garret?¿de Sam? Ya pueden...
-No lo es- se veía perturbada -Eres una de esas humanas, la mate de uno de los alphas.
-Pero...
-Tu médico también es uno, es mi pareja por el momento y..
-También eres humana- negó entristecida.
-No tengo esa suerte, soy omega. Ambos acordamos ayudarnos en nuestros celos hace años y luego... creo que mi tonta loba se enamoró, el no me aparta, me deja permanecer a su lado y camina conmigo de la mano, pero cuando sea llamado. Por su mate, debo dejarlo ir.
-Ustedes...
-Lo amo, y él a mi. Pero lo que sentirá por su mate será mil veces más grande, eso dicen- se encogió de hombros. -Pero descuida. El Primero no tiene a nadie, siempre esperó a ser llamado, guiado hacía ti.
-¿Así se llama?- asintió
-Así los llamaron sus padres, a los 7
-Son hermanos- afirmé y negó
-Son hijos de diferentes familias, los llamaron en tono al orden en que nacieron, así serán guiados por sus lobos para buscarlas.
-El primero es el- asintió, -Entonces... los demás aún no las traen- negó
-El siguiente es mi gatito de ojos fieros- dijo con tristeza.
-El intentó matarme, mató a mi novio. Ex- me corregí
-No intentó matarte, su lobo tomó el control y te marcó- explicó -Ahora también, el cuarto huele a él, solo que esta vez te marcó con su olor.- aspiré, pero no olía nada.
-Yo lo ví muerto, lo había...
-Cosas de alfhas supongo. Pelean a muerte si su pareja destinada ya tiene un alpha, al menos eso dicen los libros. Hacían 300 años no nacía un alpha en todos los alrededores. Ahora tenemos 7 y nadie comprende como deberían comportarse y como no.- la vi sonreír de manera tierna. -Soy Dulce por cierto, espero que seamos amigas.
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Auspicio
WerewolfEn un mundo de lobos, vampíros y humanos ¿Que tan malo será una profecía? Una que haga a las razas mas poderosas pelear, una por obtenerla y otra por evitarlo. Después de todo, lo que hace a los vampíros superiores es su inmortalidad. Si los lobos...